Rocío Carrasco, póker de corazones

Después de diez años, Rocío Carrasco volvía a la vida pública a través de un programa de televisión y cuando faltan un par de semanas para que termine el año, la hija de Rocío Jurado se sincera con la revista «¡Hola!» y hace balance balance de un año, sin duda, muy intenso para ella tanto en lo profesional como en lo personal en el que ha vuelto a ponerse delante de las cámaras en el programa «Hable con ellas» , con cuyas compañeras -Marta Torné, Sandra Barneda y Yolanda Ramos- protagoniza un posado en las páginas interiores de la revista.

En «Diez minutos», la gran protagonista es también Rocío Carrasco, que con una imagen rompedora y una gran sonrisa, acudió a la entrega de los Premios 40 Principales. En esta publicación destacan que, pese a las desgracias familares y a la nula relación con su hija, Rocío Flores Carrasco, la hija de «la más grande» disfruta de una etapa renovada. A su lado, como siempre, su inseparable Fidel Albiac.

Sin embargo, en «Semana» aseguran que Rocío Carrasco pasará su Navidad más triste, precisamente porque sigue sin hablarse con su hija - que vive en Málaga con su padre, Antonio David y la mujer de éste, Olga Moreno - ni con el resto de su familia, aunque sí cuenta con el cariño de su hijo David, de 16 años, que vive con ella y de su inseparable Fidel Albiac, con el que lleva más de 15 años de feliz relación.

La revista «Lecturas» va más allá al revelar que alguien de su entorno asegura que «Rocío está hundida». Un entorno cada día más reducido porque, según esa persona, « poco a poco ella ha ido apartando a todos de su lado » y Rocío «se hunde día a día en un pozo cada vez más oscuro y más profundo». Según lo que publica la revista, alguien que la vio en la alfombra azul de la gala de los Premios 40 Principales comentó que «parecía desorientada». Aunque llegó intentando pisar fuerte, con taconazos y muy escotada, a nadie pasó desapercibida su delgadez. «Ha perdido mucho peso y ni el maquillaje lograba esconder sus ojeras».