El negocio de las memorias íntimas de Valerie Trierweiler

«Merci pour ce moment» («Gracias por ese momento») es un cóctel de intimidades amorosas y eróticas , acompañadas de revelaciones políticas sobre François Hollande (60) y su guardia pretoriana: Manuel Valls, el primer ministro; Pierre Moscovici, ex ministro de Economía; Stéphane Le Foll, ministro de Economía... Beccaria decidió cortar preventivamente muchas intimidades carnales y políticas del texto original, pero el éxito de esa versión censurada, el mismo editor se pregunta si podría publicarse una nueva versión, ampliada, matizada y «no censurada».

Trierweiler, por su parte, estudia un «formato» mucho más personal. La tentación de « contar lo que me callé en mi primer libro » es muy alta, claro está. Pero, antigua cronista política, la ex del presidente trabaja en un proyecto «más político». Y no menos temible para el jefe del Estado.

Trierweiler reflexiona y «vive su vida» sin olvidar, nunca, los flecos de una venganza sin cesar recomenzada. Lo abandonó todo, matrimonio, hijos y carrera profesional, para seguir a François Hollande (60) en la larga marcha que culminó en el palacio del Elíseo, como jefe del Estado y compañera sentimental de un presidente alérgico al matrimonio y los compromisos sentimentales. Aquella aventura terminó mal.

Hollande descubrió otro amor en los brazos y el lecho de otra mujer, Julie Gayet. Y terminó repudiando a Trierweiler con un breve comunicado de cien palabras cortas . Humillada, Trierweiler se vengó publicando las memorias íntimas de su aventura sentimental y política con Hollande. Ese libro le ha devuelto la fama, le ha dado mucho dinero y ha consolidado un estatuto de señora consagrada a «causas humanitarias» .

Periodista, Trierweiler ha vuelto a escribir cosuelas en «Paris Match», el semanario que le permitió conocer a Hollande y la madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal, ministra de Ecología. No es un secreto que Trierweiler y Ségolène se odian, a primera sangre verbal. Se presta a la amante repudiada la intención de contar miserias censuradas en la primera edición de sus memorias íntimas.

Mujer sin grandes recursos, cuando abandonó su familia y su profesión, para seguir a Hollande, Trierweiler ha ganado mucho dinero con sus memorias íntimas. Dos millones de euros permiten contemplar el futuro con cierta tranquilidad. La tentación de seguir ganando dinero, contando intimidades es una tentación «comprensible» a juicio de algunas amistades de la señora.