Valérie Trierweiler devuelve el golpe y cuenta su historia de «amor y desesperación»

El semanario «Paris Match» lanzará también mañana una edición especial en la que se publican varios fragmentos del libro «Merci pour ce moment» («Gracias por ese momento»), cuya primera edición será de 200.000 ejemplares. Se trata de una tirada excepcional, incluso entre las obras que aspiran a convertirse en best-sellers.

A lo largo de más de 300 páginas , Trierweiler relata el nacimiento del amor, su apogeo, el declive y la traumática ruptura cuando el semanario «Closer» publicó, el pasado 13 de enero, las fotos de la nueva amante de Hollande, Julie Gayet (42). Se precipitó de esa manera la ruptura de dos ambiciosos unidos temporalmente en el lecho de las traiciones conyugales.

A juzgar por las primera filtraciones de la editorial, Trierweiler es excesivamente prolija en detallar las etapas más glamourosas de su relación con Hollande y bastante más parca en contar otros periodos sin duda esenciales de una relación que terminó convirtiendo la residencia oficial del jefe del Estado en escenario de un «vodevil atroz» para ella.

Hollande y Trierweiler se convirtieron en amantes el 2005. Hacía diez años que ella estaba casada con Denis Trierweiler, el padre de sus hijos. Hollande, por su parte, vivía desde los años 80 con Ségolène Royal, madre de sus cuatro hijos y actual ministra de la Economía.

Valérie da pocos detalles sobre su relación clandestina con Hollande entre 2005 y 2010 , cuando ambos deciden «confirmar» un «rumor» que circulaba desde tres años antes. Entre 2010 y 2011, Trierweiler fue la amante y la primera consejera política del candidato socialista a la presidencia de la República. La conquista del Elíseo, ocupado por Nicolas Sarkozy entre 2007 y 2012, fue una aventura común: dos personas con ansias de poder unidas en un lecho que ambos aspiraban a instalar en los palacios de la República. Los mejores analistas han calificado a Trierweiler de «Rastignac con faldas». En la mitología cultural francesa, Rastignac, el legendario personaje de Balzac, es la encarnación canónica del ambicioso sin escrúpulos.

Instalada, al fin, en el Elíseo, Trierweiler comienza su relato con «delicados» tonos rosa bombón... El amor, la pasión, la «confianza», la «admiración», la «complicidad», con un político que también era un auténtico «killer», un «asesino» en el sentido menos metafórico del término. Un personaje con pocos escrúpulos, decidido a liquidar con arma blanca a cualquiera que se pusiera en su camino.

«Reina ofendida», en el mejor tono de la alta comedia, Trierweiler comenzó su rápido descenso a los infiernos del poder cuando empieza a sufrir el sabor frío y podrido del «veneno» que se servía en las más selectas recepciones, al lado de un presidente que se ausentaba con frecuencia del lecho común. Un hombre que ya se distraía de sus quehaceres, diplomáticos, políticos y hasta carnales en brazos de otra mujer.

No sin cierta pudibundez hipócrita, la revista «Paris Match» deja caer, a modo de anuncio: «Por vez primera, una primera dama cuenta por lo menudo nueve años de una relación minada por los celos y el poder. La periodista política creía conocer los arcanos de unos medios políticos implacables. Una mujer enamorada, apasionada, posesiva, loca por un hombre al que admira, un hombre que la hace reír deliciosamente. Una historia de amor y desesperación».