Tamara Falcó: «Siempre llevo un vaporizador de agua bendita en el bolso»

Lo cierto es que rezar es todo un "ansiolítico" para Tamara: "hace que se diluyan mis preocupaciones". Tamara también tiene tiempo para irse de fiesta y confesó que sale a bailar "hasta las ocho de la mañana". Y es que, según la madrileña, es fiel a las enseñanzas de San Agustín, que dijo que "quién baila, reza tres veces".

Tras estos divertidos momentos, Tamara se preparaba para la misión que la llevó al programa, ser cómplice de una sorpresa para una niña guineana, Milagrosa, que sobrevivió a un nacimiento con solo cuatro meses y medio y que recibió en el hospital la visita de la propia Tamara Falcó. Desde el principio, la conexión entre ellas fue mágica, así que la abuela de la niña quiso llevar a Támara al plató para darle una bonita sorpresa.

Después llegó el turno de que Tamara fuera sorprendida por una de sus empleadas, Bety, que acudió al programa para agradecerle todo su apoyo en una relación que ha ido más allá de lo profesional. "Tú me has ayudado a encontrar mi paz interior", afirmó Bety ante una Tamara cada vez más emocionada.