Lolita: «Donde mejor me sé explicar es delante de un micrófono»
La actriz ha retomado su carrera de cantante y prepara un monólogo para septiembre
angie calero
Hace cuatro años se subía a un escenario para rendir homenaje a su familia en el Auditorio de Málaga. Después de aquella noche, Lolita Flores (56 años) se tomó un respiro para dedicarse, entre otras cosas, al mundo del teatro y a su familia. El ... pasado fin de semana, la hija mayor de «La Faraona» y «El pescaílla» volvió a coger el micrófono -en el teatro Bellas Artes- para «ofrecerle al público cosas nuevas», según comentó dos días antes del concierto a ABC.
Allí estuvo la Lolita de siempre, pero «con otro aire». La cantante esperaba el recital «con muchas ganas e ilusión», deseaba fervientemente hacer partícipes a todos los asistentes de su «casa» y de su «alma». En el concierto (en el que participó su hijo, Guillermo Furiase) Lolita se arrancó por bulerías y dio lo mejor. Entre su nuevo repertorio destacan «Voy a perder la cabeza por tu amor» y «No», dos canciones con las que hace vibrar.
En las distancias cortas, Lolita tiene el mismo carácter y cercanía que cuando se la ve encima de un escenario o en la televisión. Una cercanía que impone. Un carácter por el que se hace querer. Sin embargo, la cantante asegura que como mejor se sabe explicar «es delante de un micrófono». Las letras de sus canciones están inspiradas en historias que le cuentan. Lolita sabe empatizar con la gente: «Los cantantes, cuando nos ponemos delante de un micrófono, nos inventamos las historias, nos metemos en la piel de ese personaje que canta la canción, sea del tema que sea».
Han pasado 39 años desde que la primogénita de la familia Flores se subió al escenario por primera vez y es sobre las tablas donde ha desasrrollado su carrera, cantando o actuando. No en vano, antes de decidir volver a la música, Lolita estuvo un año y medio de gira teatral con la comedia «Sofocos». «La experiencia estuvo bien», cuenta para añadir que los conciertos son otra cosa: «Eso es hacer reír al público. Los conciertos son hacer vibrar a la gente y que se revuelvan sus sentimientos».
Parece que es el trabajo lo que la distrae del resto de los problemas. Lolita no quiere responder a las preguntas sobre su situación económica, pese a que un negocio fallido la hizo arrastrar una deuda de 31.000 euros y que acaba de poner a la venta su casa de Madrid. En cuanto a esta noticia, su entorno confirma a este diario que se trata de una cuestión práctica, no relacionada con problemas económicos. Sus hijos son mayores y una casa de 400 metros es demasiado grande para la artista, aseguran.
Cuando recuerda de su época como empresaria no le cambia el semblante: «Todo el mundo tiene derecho a intentar emprender. Me fue mal y a otra cosa». La cantante montó un negocio de complementos en 2007 cuyo fracaso la llevó a ser condenada a pagar una deuda a los proovedores. En todo momento resalta que la razón de su «retirada de los escenarios no fue montar aquel negocio». Pero ahora no piensa en otra cosa que no sea subir a escena: «Yo continúo haciendo lo mío, que es cantar y actuar. Estar encima del escenario de una manera o de otra». Por eso, el próximo mes de septiembre se podrá ver a la artista en el Teatro Español interpretando el monólogo «La plaza del diamante», sobre la novela de Mercé Rodoreda. «Cuando no canto. hago teatro. Y cuando no hago teatro, canto», sentencia Lolita.
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