Lolita: «Sería hipócrita decir que soy plenamente feliz»

–Su regreso a las tablas ha sido en clave de comedia. ¿La risa funciona aún en plena crisis?

–Hay que reírse, por supuesto, pero con el 21 por ciento de IVA cuesta mucho más . Si el impuesto de lujo bajara, habría más alegría en los teatros. Entiendo que si a la gente le interesa un espectáculo, acude aunque se quede un día sin comer. Pero tampoco se trata de eso, ¿no?

–¿Hoy es Lolita más actriz que cantante?

–Lolita es artista en todos los sentidos. De hecho, el año que viene sacaré un nuevo disco. Estaba preparándolo cuando me ofrecieron intervenir en «Sofocos», que por supuesto, acepté . Pero si haces teatro, no se puede ir más allá. Los únicos días libres de los que dispongo, el lunes y el martes, son para descansar y estar con los míos. Y un disco requiere más dedicación.

–¿Se relaciona bien con internet?

–La industria musical tradicional entró en crisis, como todo, e internet se convirtió en el medio. Si se paga, me parece bien. Lo que ya no tolero es la piratería y las descargas gratuitas. De esto no solo comemos los cantantes, hay otra mucha gente detrás.

–En el terreno personal ¿es usted feliz?

–Nadie es totalmente feliz y sería una hipocresía decir que yo lo soy. Siempre te falta algo en la vida. Si mis hijos y mi marido están bien, yo estoy bien. Hay días, momentos, ratos de felicidad... Pero también de quebraderos de cabeza.

–¿A qué se dedica ahora su marido, Pablo Durán?

–Pablo está ahí, pintando, escribiendo poesía y haciendo fotografías... Es su mundo.

–¿Y como actor?

–Nada, se ha retirado como actor. A él le gustan otro tipo de cosas, como escribir. Lo cierto es que no le gusta que hable de él. Pablo tiene su mundo y no le gusta que yo le venda. Tenemos vidas muy separadas y él no es amigo de entrevistas. Vive en su mundo muy particular y hay que respetarlo. Solo le puedo decir que nos llevamos muy bien y que nos queremos muchísimo, pero que cada uno tiene su su espacio.

–¿Es este su matrimonio definitivo?

–Eso nunca se sabe. En la vida las cosas no son para siempre. A mí me da mucho miedo hablar de esto. De momento hay que disfrutar del presente, y dar gracias a Dios porque estamos vivos y trabajando. Pero cuando las cosas van mal, una retirada a tiem