La esposa de Netanyahu vuelve a ser acusada de maltrato
Un exempleado la acusa de racista, gastadora compulsiva y de ofender y dañar la dignidad del equipo que se encarga de la casa
La esposa de Netanyahu vuelve a ser acusada de maltrato
El matrimonio Netanyahu no está pasando por el mejor año al menos en lo que se refiere a relaciones públicas e imagen. Primero fueron las acusaciones de que malgastaban dinero público para comprar cantidades exorbitantes de helado, de velas aromáticas y otras chucherías para ... su residencia oficial en Jerusalén y su residencia privada en el norte. Más tarde, la atención se derivó en el dinero que se invertía en peluquería y luego llegaría lo que en Israel se llamó «la crisis de la cama voladora», cuando se descubrió que el matrimonio había mandado que se construyera una habitación con cama doble incluida en un avión para acudir al funeral de Margaret Thatcher en Inglaterra.
Pero sin duda la que se ha llevado la peor parte en estos últimos tiempos ha sido la esposa del primer ministro israelí, Sara Netanyahu, que no goza de la simpatía , por decirlo de una manera suave, del público en Israel.
Ahora Sara tendrá que lidiar con las acusaciones de un ex empleado de la residencia oficial de Netanyahu en Jerusalén que, aprovechando que ha interpuesto una denuncia contra el matrimonio por incumplimiento de contrato, la acusa de racista, gastadora compulsiva y de ofender y dañar la dignidad del equipo que se encarga de la casa. Según transpiró el miércoles a la prensa local, el ex encargado de llevar la seguridad y el orden de la residencia, Meni Naftalí, asegura que trabajar para Sara le ha provocado graves secuelas emocionales.
Según Naftalí, la esposa del hombre que dirige Israel, le gritó insultos racistas cuando trajeron demasiada comida, espetándole que los marroquíes comen demasiado, pero que ellos, europeos, no pueden comer tanto por que luego saldrían gordos en las fotografías. Otro episodio indignante según la versión de Naftalí fue cuando recibió una llamada de los Netanyahu a las tres de la mañana para criticarle su decisión de haber comprado la leche en bolsa de plástico y no en tetrabrik.
La retahíla de episodios semejantes continúa con Naftalí acusando a Sara de gastar sumas importantes del erario público en decorar la casa, de tratar a los empleados de manera denigrante y de tirar al suelo un florero por que las flores eran del día anterior.
Rumores malignos
Los Netanyahu han respondido tachando las acusaciones de Naftali de «rumores malignos» pero lo cierto es que tanto la prensa como el público están pasándoselo a lo grande con la historia, que además, no es la primera sobre los supuestos arrebatos domésticos de Sara Netanyahu. Allá por el 2010 una empleada doméstica de la casa interpuso una denuncia contra Sara acusándola de humillarle, gritarle, obligarle a cambiar de ropa varias veces al día y por haber incumplido el contrato al pagarle menos de lo estipulado durante los seis años que trabajó para el matrimonio.
Finalmente los Netanyahu llegaron a un acuerdo económico con la empleada, pero la imagen de Sara como mujer cruel, gastadora y sátrapa doméstica se implantó en el imaginario israelí, que comenzó a utilizar el mote de Miss Piggy, en referencia a la cerdita Piggy de los Teleñecos por la figura contundente de la primera dama israelí.
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