Trierweiler prepara su venganza, sin prisa pero con «refinamiento»

En unas primeras confidencias al semanario Paris Match, Trierweiler deja caer: «Había tantos rumores, que no presté atención a uno más...». Es decir, la ex primera dama confirma a media voz lo que «todo París» comentaba: Antes y después de entrar en el Elíseo, acompañado de Trierweiler, como compañera oficial, Hollande estaba muy solicitado un número impreciso de señoras y / señoritas. Y no es posible descartar que se conozcan, en su momento, otras aventuras.

«Si él no hubiese sido presidente, nuestra historia habría podido continuar»Trierweiler posa con aires de reina ofendida cuando declara: «No deseo hacer ningún mal político a François Hollande». Para dejar caer, más tarde: «Si él no hubiese sido presidente, nuestra historia habría podido continuar». En escorzo, sobreentendido: si Hollande hubiera fracasado políticamente, hubiese sido mucho menos atractivo para otras mujeres, y su guardia pretoriana no hubiese estado presente en nuestras relaciones.

Aquí y allá, de Bombay a París , de las confidencias una «amiga» o un «íntimo», Trierweiler va matizando su autorretrato de mujer ofendida. «Repudiada», afirma Marine Le Pen. «Receptora de una carta de despido», comenta Nathalie Kosciusko-Morizet, candidata conservadora a la alcaldía de París.

«Los reyes de Francia se despedían de sus favoritas con mayor delicadeza que Hollande, anunciando a Francia su decisión, diciendo yo tres veces, en la misma frase», comenta, irónico, Jacques Seguela, que fue consejero de comunicación de François Mitterrand y presentó a Carla Bruni a Nicolas Sarkozy. A juicio de Seguela, ese comportamiento de Hollande pudiera influir en el voto femenino, más adelante.

Trierweiler insiste una y otra vez en la «emoción» de su despedida con el personal subalterno del Elíseo (cocineros, conserjes, etcétera). Pero no incluye en esa despedida a la guardia pretoriana de Hollande, los influyentes consejeros que hicieron la guerra sorda a los hombres de «Madame» en el Elíseo, durante veinte meses.

El semanario Gala sentencia en su portada: «Humillada, Valérie Trierweiler prepara su revancha».