Limpieza facial con vapor: los beneficios del tratamiento estético más antiguo

Silvia Oliete, fundadora y directora de los institutos de belleza Blaucedolna, explica que «el vapor es el método más antiguo y tradicional utilizado en cabina para las limpiezas faciales. Tras unos minutos de exposición, el vapor abre el poro por el calor, y su estado de agua gaseosa, hidrata la capa córnea algo que, en conjunto, engrosa ligeramente, suaviza y ablanda la piel facilitando su permeabilidad, y activa la microcirculación, aumentando su capacidad de absorción de activos. La extracción por su parte, es necesaria en casos en los que la piel sufra de comedones, pequeños quistes sebáceos, poros obstruidos, espinillas o puntos negros. En conjunto, y una seguida de la otra, el vapor y la extracción son 'la base' de una limpieza facial profesional».

En cuanto a sus beneficios, la facialista Cristina Galmiche, fundadora de los centros médico-estéticos que llevan su nombre, asegura que «si no oxigenamos la piel, lo primero que observaremos es la falta de luminosidad, un tono apagado y cetrino. el caso de las personas con una sobreproducción de sebo en las glándulas sebáceas es muy probable que proliferen los comedones, microquistes, milliuns, granos ante la aparición de la bacteria del acné, poros abiertos y puntos negros. Un exceso de grasa también está tras las pieles con rosácea. La gran mayoría de estas pieles tiene además el pH alterado y esto explica muchas de las dermatitis y sensibilidad dermatológica que observamos hoy en día. Las pieles que no tienen grasa, con el poro cerrado, y a primera vista sin problema alguno, también necesitarán una oxigenación, aunque crean que no. Tal vez no haya que extraer granitos ni impurezas, pero precisarán de una activación del riego sanguíneo para darles luminosidad y unificar el tono además de poner en funcionamiento la poquita grasa que está queratinizada en el folículo piloso y favorecer una rehidratación».

Eliminar impurezas en profundidad, optimizar los resultados de los tratamientos posteriores, devolverle la luminosidad y unificar el tono de piel son algunos de los beneficios directos que se consiguen con una limpieza profesional, pero siempre es esencial ponerse en manos expertas, y acudir a un centro de confianza.

Respecto a la frecuencia para acudir a un centro estético a realizarse una limpieza facial, aunque siempre es aconsejable personalizar cada tratamiento, según necesidades de la piel, las dos expertas coinciden que debería realizarse una vez al mes. «Nos permitirá tener la grasa permanentemente controlada, la piel limpia y lista para recibir los activos de la cosmética que utilicemos en casa y la barrera cutánea fortalecida para hacer frente a cualquier agente que la altere. Aproximadamente, cada cuatro semanas se renuevan las células de nuestra piel. Vivimos en ciudades donde exponemos nuestra piel a mucha contaminación diaria. Además, el maquillaje que usamos nos puede taponar el poro… De ahí que consideremos esencial convertir la oxigenación en un buen hábito», señala Cristina Galmiche.

La limpieza es importante para todas las pieles, pero hay que adaptarla a cada tipo y necesidad. Las pieles mixtas y grasas, que son las que producen mayor cantidad de sebo, son las que más se van a beneficiar de la clásica limpieza con vapor y extracción, porque les ayudará a mantener a raya los puntos negros y los poros dilatados. Pero, en general, todas la necesitan. «A cada una hay que darle lo que necesita en las diferentes etapas de la vida. De ahí la importancia de la personalización de los tratamientos y por este motivo en los centros Cristina Galmiche hemos diseñado cinco oxigenaciones que cubren un amplio espectro de necesidades buscando siempre que la piel recupere su lozanía en condiciones óptimas», asegura su fundadora.

Por su parte, Silvia Oliete matiza que «tanto el vapor como la extracción no son recomendables en casos de pieles muy sensibilizadas o agredidas, o para aquellas que son extremadamente finas y frágiles. La extracción también merece un cuidado y sensibilidad extrema en pieles muy maduras, ya que su capacidad de cicatrización y reparación es mínima, y podría dejarlas con marcas y rojeces durante mucho tiempo».

En los centros Cristina Galmiche, el protocolo de oxigenación se inicia con un diagnóstico para conocer el estado de la piel y seleccionar los activos que se usan en la etapa final. El primer paso es la limpieza con una leche limpiadora, una loción para calmar la piel y una loción equilibrante que realiza una exfoliación progresiva y no invasiva. Tras la limpieza, se aplica una crema específica para cada tipo de piel y se efectúa un masaje facial para reparar el tejido. Después, se continúa con la sauna de vapor de ozono (15-20 minutos), mientras se hace un masaje de pies. Tras ella, se procede a la extracción manual con bombeo. Para finalizar el tratamiento, se personalizan los activos y mascarillas específicas para cada piel. La experta sostiene que «ponemos especial atención en la extracción manual, que se realiza drenando con cuidado cada poro, sin agredir ni dejar marcas. La destreza técnica que supone un trabajo así es muy exigente y requiere una esteticista altamente cualificada».

En los institutos de belleza Blauceldona, en los que se realizaron solo en 2023 3.045 limpiezas profesionales con vapor y extracción, los pasos son: limpieza de la piel, vapor, extracción, exfoliación química, masaje relajante, mascarilla reparadora y aplicación de cremas y sérums adaptados.