literatura y gastronomía
La Central de Callao: un lugar para devorar la cultura
La librería cumple un año habiéndose hecho un hueco entre los lugares culturales y gastronómicos más distinguidos de la capital
La Central de Callao: un lugar para devorar la cultura
Entrarás por sus libros, te quedarás por el aroma a bollería horneada y volverás por sus gintonic. Hace justo un año se inauguró en pleno centro de Madrid un espacio en el que quedarse, un lugar en el que comprar un libro puede complementarse con ... un receso para el café. Un lugar de encuentro en el que desayunar, comer o cenar. Momentos en los que sabrás que cada consumición es un apoyo directo al mundo del libro. Bienvenidos a La Central de Callao .
Desembarcar en uno de los enclaves más comerciales más importantes de la capital prometía ser una árdua tarea. A la sombra de gigantes del sector como La Casa del Libro, La Fnac o El Corte Inglés, esta librería ha logrado impregnar su propia luz y su particular estílo al centro de la capital. El establecimiento de Callao es una de las siete librerías la Central . Cuatro de ellas están en Barcelona, donde se inauguró la primera en marzo de 1996, y otras tres en Madrid.
En el primer aniversario del centro, se inauguró el 12 de septiembre de 2012, su responsable de contenidos, Jesús Casals, cree que las expectativas están sobradamente cumplidas: «Hemos tenído una acogida buenísima». Insiste en que el secreto es tratar de diferenciarse, no sólo a través de la cafetería o por haber ampliado la sección de objetos y papelería, sino por ejemplo con una oferta de ejemplares difíciles de encontar. Huir de los exclusívamente comercial.
Si algo caracteriza a la Central es la mezcla entre lo grande y lo pequeño. Un espacio amplio, con más de 70.000 volúmenes capaz de competir con las grandes distribuidoras, pero que a la vez mantiene la esencia jóven y eminentemente cultural que caracteriza a otras librerías de moda en la capital, como Ocho y medio o Tipos Infames . Es sin duda un espacio alejado de lo eminentemente comercial. En ello es fundamental un personal que conoce el producto que ofrece, y que se aleja del prototipo del dependiente autómata, casi robotizado. «Todo nuestro personal tiene experiencia previa en librerías y estudios superiores, con una visión transversal de las Humanidades».
Ubicado en la calle Postigo de San Martín 8, paralela a la bulliciosa y comercial calle Preciados, La Central nos recibe en un antiguo palacete del S.XIX, que otrora fue una tabacalera, con vocación de seguir renovándose. A partir de la próxima semana, cada jueves ofrecerán un concierto de diferentes estílos musicales. Además, potenciarán la oferta cultural con talleres de apreciación cultural, de escritura, además de la intención de potenciar los debates y las actividades infantiles.
Si alguien entra estos días en La Central de Callao, uno de los libros que puede encontrar encontrar en sus primeros es «Los Cisnes», un libro de Pablo Gómez sobre el Swansea, el equipo de fútbol galés en el que militan varios jugadores españoles, editado por Libros del K.O . Y es que en La Central hay un espacio reservado para ese deporte que, huyendo del forofismo de bufanda, quiere hacerse un hueco en librerías y quioscos. Siempre encontrará allí su revista «Líbero» o «Panenka», ese nuevo fútbol que busca su dimensión social y que se practica con entrevistas y reportajes en profundidad.
En La Central se puede encontrar también libros en idioma original así como una importante coleccción de Historia, Filosofía, Ciencia, Arte, Poesía y un espacio para el cómic y la literatura infantil. Hay espacio también para la gastronomía, en esta ocasión de la que se lee, con multitud de libros de cocina y cocktelería, combinado con la venta de algunos productos, siempre con un distintivo ecológico y gourmet.
Pero lo que convierte a La Central en un lugar para pasar horas, «El Bistró», una cafetería con servicio de desayunos, comidas y cenas. Una carta fija, pero también un menú diario, basada en la cocina mediterránea. Y para cuando cae la noche, una escaleras te conducen por un amago de gruta, revestida de ladrillo a sus lados y en su cubierta que nos lleva a «El Garito», donde se ofrece una carta de cocktails.
Como el propio Casals reconoce, «La Central está cogiendo fama como hamburguesería, como lugar para difrutar también del brunch de los domingos». Y de postre, una variada y rotatoria selección de tartas artesanas. Y para lo que viene después del postre, y sin necesidad de bajar al garíto, la variedad de gin tonics, con la novedad del medio gintonic.
La Central es por tanto un lugar de variada oferta, pero que no renuncia a la venta del libro como bandera. Como recuerda Casals, sus creadores, Antonio Ramírez y Marta Ramoneda crearon esta librería con una idea clara: «vender los libros que a los libreros nos gusta vender». Pero siempre aderezado con una buena taza de café.
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