nuevo disco
Carlos Vives: «Mi economía está peor que la de España, pero yo sonrío»
El colombiano derrocha «Corazón profundo», que es como se llama su último disco, y también muy buena onda. Según él, su mejor talento es el de saber poner al mal tiempo buena cara
anna grau
Hace cinco años a Carlos Vives se le ocurrió crear un espectáculo para niños. Se basó en un álbum suyo que le valió un Grammy y que se llamaba « Pombo Musical », inspirado en la obra del poeta colombiano Rafael Pombo. A partir de ... sus versos, Vives armó tres obras de teatro que se representan todos los sábados y todos los domingos por la mañana en Bogotá, «en un pequeño teatro que yo tengo, el Cumbia House».
Entonces todos los domingos la familia Vives madruga para ir al teatro. «Nos vestimos de época, porque las obras rescatan el Bogotá del 1800 y el 1900, y la verdad es que lo pasamos muy bien. Mis hijos se suben al escenario y cantan , especialmente Elena con sus cuatro añitos y Pedro que tiene dos», presume el hombre de su segunda juventud como padre. Y es que la primera pareja de hijos que tuvo con su anterior mujer cuentan ya veinte años (Carlos Enrique) y dieciséis (Lucía).
Al hilo de este renacimiento paternal, Carlos Vives asocia los domingos «con el parque, con los niños, con un gran desayuno especial compartido con la familia». Aunque sea domingo él se levanta como las gallinas, entre las cinco y media y las seis de la mañana. Al despertar lo primero que hace es bajarse sin desayunar ni nada a su estudio, ponerse a organizar papeles, a prender la chimenea, etc. Luego procede a «arreglarme, a sacar la ropa».
Repeinado y contento
¿Presumido? «¿Te parece que lo soy?», replica con desparpajo. Algo repeinado sí que se ha venido a la entrevista. Se lo decimos y se pone contentísimo «porque más bien tengo fama de lo contrario» . Dice que su mujer no es que llegue a quejarse pero sí manifiesta el deseo de que «yo no sea tan hippy». «Antes iba mucho más suelto, mucho más hippyoso», asegura. Toneladas de vídeos en Youtube le dan la razón.
Y para rematar el efecto «flower power» asegura que le encanta meterse en la ducha con los críos «porque hay que ahorrar agua». Ya todos duchados y con los rizos en punta se lanzan a desayunar, un ritual que en domingo asciende a liturgia: «Que si el pancake, que si la torta, que si los huevos revueltos, etc.». Ah, y encima lo prepara todo él «porque a mi señora cocinar no le gusta mucho». El reparto doméstico que tienen es que «ella es la administradora y yo soy todo lo demás».
Merecido relax
Después del desayuno es cuando se van al teatro. Al acabar se van de picnic al parque . Con esto les dan las tres de la tarde, una hora en que todo el pescado está casi vendido en casi cualquier otro país, y en cualquier caso los niños pequeños de Carlos Vives ya han cruzado la meta de su resistencia. Entonces lo que queda del día puede consagrarse a un plácido, merecido relax.
La norma admite excepciones, como cuando el cantante está de gira para promocionar su trabajo. Le gusta mucho visitar España, particularmente los carnavales de Tenerife y Madrid , «que me parece mucho más caminable que otras ciudades, además tiene mucho entretenimiento».
¿Ha notado alguna caída brusca del humor, él que viene de Colombia, un país más sobresaltado que el nuestro, pero ahora mismo también más emergente? Cuando le comentamos que sonrisas incombustibles como las suyas se ven poco en España últimamente, él no llega a ponerse serio, pero sí advierte: « Pues yo no debería estar sonriendo porque mi economía está peor que la de España ». Toma. ¿Y eso? ¿Es Carlos Vives un despilfarrador? «No, no lo soy, pero tengo que aprender cosas», zanja la cuestión, enigmático. Y entre grandes risas recuerda que él viene de una ciudad «que ha estado en crisis desde 1525».
Con tan vasta experiencia, ¿nos puede dar algún consejo? Se lo piensa y recomienda tomárselo con calma «porque la vida es así». « Europa ha tenido momentos más difíciles que este y siempre ha sacado la casta , así que de esta seguro que también se sale, a mal tiempo, buena cara», asegura. Afirma también que no lo dice por decir sino porque de verdad cree en ello con toda su alma: «Es en los momentos difíciles cuando se conoce el espíritu de la gente y a los verdaderos amigos». Pues sí, para qué nos vamos a engañar.
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