Yolanda Díaz se muestra dispuesta a llegar hasta el final de su pulso con Hacienda por la tributación del salario mínimo

«No es justo, ni es de izquierdas, ni es progresivo» hacer tributar a los perceptores del salario mínimo, ha denunciado en una entrevista en TVE. «Lo que no es de izquierdas», ha abundado Díaz en clara alusión a su socio de Gobierno es «bajar los impuestos a las energéticas», «permitirle a los rentistas que se olviden del cien por cien del IRPF» o que «tengamos un Impuesto de Sociedades que es más o menos semejante al europeo, pero que tiene dos grandísimos agujeros que nos hacen singularmente diferentes, que son las deducciones y bonificaciones fiscales».

La también ministra de Trabajo ha recordado, además, que este martes se califican en la Cámara Baja las tres leyes que registraron Partido Popular, Podemos y también Sumar para revertir los efectos de la que ha sido una decisión unilateral del PSOE. A partir de ahí, el Ministerio de Hacienda tendrá un plazo de 30 días para alegar o no veto presupuestario, algo que, en caso producirse, paralizaría la tramitación parlamentaria de estas.

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Eso sí, antes de que llegue a pleno la proposición de ley de Sumar, espera Díaz poder resolver el asunto dentro del seno del Gobierno de coalición. Considera la líder de Sumar que esta es la vía «sensata» y por ello, se presta a trabajar para llegar primero a un acuerdo con la responsable de Hacienda, María Jesús Montero. «Me gustaría alcanzar un acuerdo dentro del Gobierno, esto es lo legítimo», asegura la ministra de Trabajo, abriéndose así al diálogo con los socialistas y en caso de llegar a un pacto, a retirar su proposición de ley en la Cámara Baja. «Yo nunca voy a una negociación diciendo que no voy a mover una coma», abunda. No parece tarea sencilla, más aún, con el PSOE reiterando que la decisión está ya tomada y que no se contempla otra opción que la de hacer tributar al salario mínimo, trasladan fuentes de Moncloa.

Para Sumar, la solución es tan simple como elevar el umbral exento de IRPF. Por ello, insta a Hacienda a «mover ficha» y resolver este entuerto que ellos mismos han provocado, opina el portavoz de Movimiento Sumar, el ministro Ernest Urtasun, en consonancia con las palabras pronunciadas por Díaz en la televisión pública. «En Sumar desearíamos que [la exención del IRPF del SMI] se dirimiera en el marco del diálogo del seno de la coalición sin llevar este asunto al Congreso, donde Hacienda sabe que no cuenta con los apoyos [del resto de socios de investidura]», ha expresado el responsable de Cultura, al tiempo que considera que el PSOE de Pedro Sánchez se está «enrocando» en algo «ni tiene apoyo social ni parlamentario».

Urtasun ha criticado además a varios de los dirigentes del PSOE, entre ellos, la propia María Jesús Montero, hayan asumido que los 1.184 euros brutos en los que actualmente está fijado el salario mínimo sea un «sueldo digno». «No se puede decir por ninguna de las manera que 1.184 euros sea un salario que permita vivir dignamente en nuestro país», ha señalado.

Díaz y Sumar dicen estar dispuestos a llegar hasta el final con Hacienda, aunque hay quien piensa lo contrario como Podemos. La formación morada cree que la reunión de la Mesa del Congreso de este martes, en la que se calificará, entre otras iniciativas, la proposición de ley de Sumar para frenar la tributación del SMI, servirá de «termómetro para saber si lo que ocurrió entre el PSOE y Sumar la pasada semana se queda en teatro y paripé, o si Yolanda y Sumar están dispuestos a llegar hasta el final». «Permítanme que dude. Vamos a ver qué ocurre porque con ella [con Yolanda Díaz] nunca se sabe», ha apuntado su portavoz, Pablo Fernández, en la habitual rueda de prensa de los lunes.

Quienes sí están preparados a llegar hasta el final para que su norma sea calificada y debatida en el Congreso si el Ejecutivo no la veta, según dicen, son los morados. «Nosotros, a diferencia de otros, si que estamos dispuestos», dicen. Y es que, la diferencia, según dicen, con la anterior legislatura es que «Podemos si llegó hasta el final en sus peleas con el PSOE y le arrancó cosas de izquierda que no quería hacer».