Vox reconduce la crisis entre los diputados en Baleares

Gabriel Le Senne sigue como presidente del Parlamento y el Grupo Parlamentario se mantiene intacto

Varapalo al sector rebelde de Vox Baleares: su 'purga' a los diputados fieles no es válida

Gabriel Lesenne, presidente del Parlamento balear y miembro de Vox baleares ep

Aquí no ha pasado nada. Después de días de expulsiones, broncas, filtraciones y discusiones, Vox vuelve a la casilla de salida y da por zanjada, al menos de momento, su profunda crisis en Baleares.

Los cinco diputados rebeldes reculan, renuncian a pelear por ... la presidencia del Parlament y mantienen a la dirigente regional, Patricia de las Heras, y a Gabriel Le Senne, que seguirá siendo el presidente de la cámara, dentro del grupo parlamentario. A cambio, la dirección nacional frena la expulsión de los sublevados.

De este modo, Vox mantiene sus siete diputados –el menorquín Cardona se fue del partido y del grupo después de la primera crisis- y asegura una holgada mayoría parlamentaria al Govern de la popular Marga Prohens.

Una delegación de la secretaría general del partido se desplazó a Palma para reunirse con los cinco díscolos. La dirección nacional partía de una situación de fuerza porque los últimos días han sido nefastos para los rebeldes. Primero descubrieron que, al contrario de lo que pensaban, no tenían asegurada la presidencia del Parlament si echaban a Le Senne de grupo parlamentario. Después, se vieron fuera del partido tras la rápida decisión de Santiago Abascal de expulsarlos, ratificada días después. Y ayer los letrados del Parlament confirmaron que Le Senne y De las Heras seguían siendo miembros del grupo parlamentario porque los rebeldes habían cometido errores de forma en su golpe de mando.

La única baza que les quedaba a los rebeldes era su número, cinco, el único que permite a Vox cumplir su parte del pacto con Prohens y darle mayoría en el Parlament. Sin los rebeldes, las cuentas no salen: 25 diputados del PP, el diputado por Formentera –expulsado de la coalición de la que forma parte el PP, pero aún fiel a Prohens-, un diputado no adscrito ex de Vox y los dos únicos diputados fieles a Abascal, Le Senne y De las Heras. 29, a falta de uno para la mayoría necesaria.

Por eso las dos partes estaban condenadas a entenderse porque, además, en los últimos días la posibilidad de perder la presidencia del Parlament –segunda autoridad de las islas- era cada vez mayor. El acuerdo de gobernabilidad dice claramente que ese cargo corresponde a Vox, pero a la vista de que la oposición de izquierda iba a presentar candidatos, el PP empezaba a plantearse lanzar su propio candidato argumentando que el partido verde ya no cumplía el pacto porque no aseguraba la mayoría en la cámara. La otra opción era apoyar a uno de los tránsfugas, pero esa opción podía ser un arma demasiado potente para la izquierda en lo que resta de legislatura.

Con este panorama, los díscolos pasaron en pocas fechas de verse libres del yugo de Madrid, como socios fundamentales del Govern y con Idoia Ribas como presidenta del Parlament a verse expulsados de Vox y apartados de todo ámbito de poder. Por eso suavizaron su planteamiento hasta conseguir unos días de tregua que acabaron este martes en la vuelta a las sesiones ordinarias del Parlament. La tensión entre ambos sectores de Vox se mostró en vivo y en directo, con dos llamadas al orden por parte de Le Senne a la diputada Verdú, que le trató con notable falta de respeto.

Y así se ha llegado este jueves al borrón y cuenta nueva, con un acuerdo que satisface a las dos partes porque ambas sabían que no podían ganar. Ahora los rebeldes siguen en Vox y se mantienen como apoyo clave del Govern popular para apoyar los cambios legislativos previstos y otras medidas como las de impulso del castellano en la educación, por ejemplo. Por su parte, los dos fieles a Vox Madrid siguen en el grupo parlamentario, mantienen la presidencia del Parlament y recuperan algo del poder que perdieron tras la primera revolución de octubre, cuando se tumbó el techo de gasto, y la segunda, cuando estuvieron a punto de caer los primeros presupuestos del Govern balear.

Atrás quedan días de discusiones, filtraciones de informes llenos de graves acusaciones, expulsiones y todo tipo de conflictos internos y externos. La batalla dentro de Vox Baleares sigue, pero de momento, al menos de puertas afuera, aquí no pasa nada.

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