Análisis
La remodelación de Feijóo y los fracasos de la derecha: más allá de Gamarra, Tellado o Bendodo
El líder de los populares está diseñando cambios. Quienes mejor lo conocen dicen que todavía no hay decisión tomada y que está analizando todo. Pero sí empieza a consolidarse la idea de que se visibilizará más que un mero retoque
Madrid
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Iniciar sesiónDesde que el PSOE accedió al poder en 1982, en España ha habido nueve elecciones generales en las que los socialistas defendían el Gobierno central. El Partido Popular solo fue capaz de pasar de la oposición al Palacio de La Moncloa en dos de ... ellas: 1996 y 2011. Parece evidente que el mayor reto de la derecha en nuestro país es ser capaz de acceder al poder sin que medie un escenario apocalíptico en términos políticos y económicos.
Ahora que el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, pretende hacer cambios en la dirección de la formación convendría tener esta realidad muy presente. Y tres de esos lances fallidos han sido en las tres últimas elecciones. Más allá de ser capaz de canalizar el rechazo hacia el PSOE, el PP tiene que ser capaz de ganar ilusionando a los españoles con un proyecto político alternativo. Más allá de la reacción. Más allá de la rebaja fiscal, que se presupone.
Con banderas identificables. Especialmente cuando en la brújula del presidente del PP persiste la idea de seguir horadando los caladeros electorales de votantes socialistas. Electores que acumulan una trayectoria política de voto contra la derecha. La seducción de ese votante no se hace desde la asunción de marcos de la izquierda, sino generando nuevos e impugnando soluciones de vuelo corto. En torno a 600.000 de ellos votaron ya a Feijóo en las generales del pasado 23 de julio.
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El PP ha abierto una brecha en los bloques. Pero no es suficiente. En las sociedades occidentales, cada vez más envejecidas, en las que cada vez nacen menos niños y en las que los jóvenes se enfrentan a la cruenta competición de un mundo global en términos laborales e industriales, la política social y la creación de entornos favorables al desarrollo económico son tareas fundamentales. Con el Gobierno teniendo que jugar un papel más determinante del que tuvo décadas atrás. El PP en España, pero en general en toda Europa, no puede ser ajeno a ello.
No hace falta más que mirar el mapa de Europa para que se haga evidente que el centro derecha no atraviesa precisamente su mejor momento. Resulta nuclear que cuando se piense en la alternancia política se observe una alternativa identificable. Más allá del mero relevo por desgaste del adversario. Pero en el caso del centro derecha poder tener un discurso reconocible en natalidad, familia, conciliación laboral, juventud, infancia… es imperativo.
El retoque fiscal
El rechazo a Sánchez y un retoque fiscal a la baja no son un proyecto político. ¿Tiene política social el Partido Popular? Sí. ¿Ha sido eje fundamental de su propuesta política en los últimos meses? No. El debate no puede ser solo de nombres. Pero también hay que hablar de nombres. El PP se preparara para una oposición dura. Se hace tentador pensar en el espejo de 1993. La semejanza con esa ocasión fallida que finalmente se remedió en 1996 es una constante en cualquier sobremesa popular. Y es peligroso naturalizar un marco que asuma la llegada al poder como una certeza absoluta.
Porque entonces se podrá tender a descuidar o no el hecho de dar importancia a la cuestión de un proyecto político. Feijóo se encuentra ahora mismo diseñando esos cambios. Quienes mejor lo conocen dicen que todavía no hay decisión tomada. Que está analizando todo. Pero sí empieza a consolidarse la idea de que se visibilizará mucho más que un mero retoque. El cambio es obligado porque hay que elegir nuevo portavoz en el Senado y porque la vicesecretaria de Pedro Rollán, ahora presidente del Senado, debe tener un nuevo nombre. Pero no se quedará solo en eso.
Miguel Tellado suena como próximo portavoz parlamentario o incluso rumbo al Europarlamento
Feijóo trabaja en un diseño que resuelva la tricefalia que existe entre Cuca Gamarra, Miguel Tellado y Elias Bendodo. Hay que poner fin a algunas duplicidades. Que van desde asuntos nucleares hasta cuestiones muy rutinarias del día a día en las que los equipos de uno y otro se afanan en paralelo. La actual secretaria General y portavoz parlamentaria dejará atrás la excepcionalidad de compatibilizar dos cargos para centrase solo en uno de ellos, presumiblemente el orgánico. Por su parte, Bendodo, a quien muchos ven muy tocado en el partido, no deja de ser también el hombre fuerte del PP andaluz en Génova. Nadie piensa en una salida abrupta para él. Tal es el caso que su nombre ha sonado como portavoz parlamentario.
También hay quienes se refieren a una conversación entre él y Feijóo en la que el gallego le habría dicho que va a tener «más funciones» que ahora tras esa eventual remodelación. Y es que su rol entre Gamarra y Tellado se ha visto muy invisibilizado. Y a posteriori incluso por Borja Sémper como portavoz de campaña. Si su papel aumentase y no es como portavoz, tendría que ver casi exclusivamente con un reajuste en el rol de Miguel Tellado, el fontanero mayor de Feijóo.
Desde que este tema es asunto de debate, todo el mundo en el partido daba por hecho que su auctoritas se reforzaría con la potestas. Sin Bendodo ya en el aparato o incluso sin Gamarra o con parte de sus funciones. En los últimos días los debates en torno a su persona van en otra dirección. Figuras muy relevantes del partido aseguran que podría marcharse a Europa. Algunos han dicho lo mismo de Gamarra.
Resolver tricefalia
Son días de muchos nervios en el PP. Las elecciones al Parlamento Europeo son el próximo año. En el núcleo gallego lo descartan por ahora. Pero tanto algún presidente autonómico como figuras del actual staff ven en él un potencial portavoz parlamentario. Creen que encaja bien quienes escuchan una voz constante en su cabeza que les susurra «1993». Es decir, mucha caña.
Las incógnitas son muchas y hay quien se pregunta si la remodelación del PP se va a limitar a reordenar esa tricefalia y a dar nuevas funciones de oposición a los otros tres miembros con más peso de la dirección: González Pons, Borja Sémper y a Carmen Fúnez. Optar por Sémper o Fúnez representaría un estilo menos agresivo. Aunque como en el caso de Tellado, tampoco podrían considerarse cambios muy profundos.
Le toca mover a Feijóo. Y debe hacerlo cuidándose de caer en la tentación de poner toda su apuesta en la cesta del antisanchismo. Sin duda un gran motor de tracción de voto. Pero que se ha manifestado insuficiente. La fundación Reformismo 21 continúa sus trabajos ahora con menos urgencias preparando el diseño programático de un futuro Gobierno. Que eso sea el eje de acción del partido y no un documento más que se amontone en un cajón es algo que el PP tiene que decidir ahora. Cuando Sánchez despeje su jugada, es el turno de Feijóo.
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