Valeriano Gómez, gesto de Zapatero a los sindicatos

Valeriano Gómez nació en Arroyo del Ojanco (Jaén) en 1957, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. Ha trabajado como economista en el Gabinete Técnico de UGT y como asesor ejecutivo en el Ministerio de Trabajo, entre otras actividades profesionales. Desde 2004 y hasta finales de 2006 ocupó el cargo de secretario general de Empleo. En junio de 2007 entró a formar parte del Consejo Económico y Social (CES) en representación del sindicato ugetista. Su nombramiento y su pasado sindicalista se interpretan como un guiño del presidente a la izquierda después de una reforma laboral que ha soliviantado a muchos.

Nada más empezar, Gómez tendrá como principal misión recomponer un resquebrajado diálogo social, que deberá empezar de cero con nuevos protagonistas, como es el caso del presidente que surja de las elecciones de CEOE. Tendrá que volver a llevar de la mano a unos sindicalistas contrarios a las reformas del mercado de trabajo que llevó a UGT y CC.OO. a convocar la primera huelga general contra Zapatero.

Precisamente ese 29-S, Gómez acudió a la manifestación de huelga general . Ese día, en declaraciones a Servimedia, destacó que «en este momento no tengo ningún inconveniente en venir a la manifestación», ya que los sindicatos «han ejercido un derecho constitucional».

Gómez explicó entonces que la reforma laboral «no es una agresión imposible» de afrontar por parte de los trabajadores, pero es una reforma que «necesita equilibrios». Así, el día de la huelga general insistió que era «importante» que el Gobierno buscase «reequilibrios» y diálogo «inmediatamente» después de la convocatoria de huelga. El que fuera responsable de Empleo (2004-2006) con el ministro Jesús Caldera añadió que las centrales sindicales «tienen derecho a manifestar sus opiniones respecto a lo que entienden que es una política con la que no están de acuerdo» y es «nuestro momento de respetarlo y de acudir a una manifestación libremente convocada por las organizaciones sindicales de este país». Para finalizar, admitió que 17 años como afiliado a UGT «pesan» para acudir a esta manifestación.

En su época como segundo del Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales entonces dirigido por Jesús Caldera, Gómez se encargó de gran parte de la concertación social, en una labor que los que lo tuvieron cerca en aquellos momentos definieron como muy difícil. Dimitió por desavenencias con el ahora dirigente de la Fundación ideas.

Ha estado la mayoría de su vida profesional ligado al sindicato socialista UGT. En el 94 presidió IGS-PSV, la fallida promotora de viviendas de la central sindical. En este mismo año, el Consejo de Ministros de Felipe González le designó administrador único de esta promotora con el objetivo de liquidarla tras fracasar su gestión y dejar en la calle a 20.000 familias. Como resultado, UGT tuvo que hipotecar todo su patrimonio y forzó la salida de Nicolás Redondo.

No hay que olvidar tampoco que es un hombre cercano al presidente y que en fue responsable técnico del programa electoral del partido, que coordinó Jesús Caldera, que posteriormente sería su jefe en el Ministerio de Trabajo.