Los socios marcan distancias para encarecer la negociación de los PGE

ERC apunta que el proyecto empieza «mal» por excluir la ley de vivienda y el PNV minimiza el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos

La coalición sella con nocturnidad su pacto para aprobar este martes las cuentas del 2023

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, en rueda de prensa antes de la Junta de Portavoces Ep

Los socios del Gobierno de coalición no regalarán su voto en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del 2023. El acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos para las cuentas públicas se ha recibido entre los principales apoyos del Ejecutivo con ... distancia y un sentimiento de indiferencia. La negociación parlamentaria aún ni ha empezado, por lo que ningún triunfalismo es entendible para nacionalistas e independentistas.

Antes de la Junta de Portavoces, en rueda de prensa, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha remarcado que su grupo no conoce «ningún detalle» del contenido de los Presupuestos, pero ya ha apuntado que el proyecto de ley del Gobierno empieza «mal» porque no incluye la ley de vivienda. El diputado catalán, además, ha exigido al Ejecutivo que se ahorre el 'pressing' a su partido para respaldar las cuentas a cambio de nada.

«Ya sabemos que serán los enésimos mejores Presupuestos de la historia de la humanidad, pero que se ahorren el 'pressing'. El voto de ERC se suda. Ellos saben cuáles son nuestras intenciones», ha dicho, sin poner nombre ni apellido a sus exigencias. La semana pasada, Rufián ya insinuó en la Cámara Baja que su grupo no entrará a negociar los PGE si antes no hay «justicia donde ahora mismo hay injusticia».

Sus enigmáticas palabras, que apuntan a reivindicaciones independentistas en relación a las causas judiciales pendientes por el 'procés', no pasan de ahí apenas. Preguntado este martes por la posibilidad de poner como condición la supresión del delito de sedición, Rufián se ha limitado a responder: «Siempre es bueno democratizar y usted ha hablado de un delito que no tiene homologación en el resto de Europa».

Nada más. Ha habido conversaciones previas al respecto —sobre lo que se habla al margen del contenido de los PGE—, pero no aún sobre las propias cuentas; un capítulo que ERC se reserva para batallas posteriores, una vez estén colmadas sus expectativas sobre la denominada 'desjudicialización' del 'procés'. En el actual contexto, no obstante, no se puede obviar el cisma en el Gobierno autonómico catalán, del que Junts podría salir esta misma semana si sus bases avalan romper la coalición con Esquerra tras las tensiones entre los dos principales partidos separatistas en Cataluña.

Si se produce la ruptura en el Govern, algo que aún está por ver, la fuerza negociadora de ERC se reducirá porque en el Parlamento catalán pasará a depender del PSC para aprobar sus propias cuentas. Eso, por no hablar de la dificultad de librarse de la etiqueta de 'traidor' que empieza a asentarse en el imaginario del independentismo más radicalizado. Rufián, preguntado sobre si la salida de Junts del Ejecutivo regional afectaría a la posición de Esquerra en Madrid, se ha limitado a responder con un solemne «no».

Sin noticia

Desde el País Vasco tampoco le llegan mejores sensaciones al Gobierno del que fue —y el Ejecutivo dice que sigue siendo— su socio prioritario. Si bien Aitor Esteban, el portavoz peneuvista en la Cámara Baja, reconoció la semana pasada que con su grupo sí ha habido ya contactos de cara a los PGE, fuentes de su formación han reaccionado esta mañana al anuncio del Ejecutivo lanzándole un jarro de agua fría.

«Cantar victoria por un acuerdo entre socios de gobierno no deja de ser sorprendente. No debería ser noticia que un Gobierno apruebe, en Consejo de Ministros, el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado. La noticia sería, en todo caso, que consiga convertir ese proyecto en ley», deslizan sibilinamente desde el PNV.

Las mismas fuentes avisan de que ahora es el momento de «intensificar» las conversaciones con el Gobierno, le reclaman «voluntad política», dicen, «para el cumplimiento de los acuerdos pendientes» y piden «la máxima predisposición» para mejorar «el día a día» de la ciudadanía vasca y navarra. El PNV, que se ha visto desplazado por EH Bildu en numerosas negociaciones, está en un momento en el que Alberto Núñez Feijóo trata de recomponer las relaciones del PP con ellos de cara a un hipotético pacto futuro, algo que puede complicar más si cabe su relación con el PSOE.

Bildu aplaude el «marcado carácter social» de las cuentas, pero recuerda al Gobierno que no tiene mayoría absoluta

Ya después de la aprobación del proyecto de ley en el Consejo de Ministros, la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha reaccionado con un aplauso al «marcado carácter social» de las cuentas públicas, pero tampoco ha reparado en advertencias: «La pelota está en el tejado del Gobierno. No debe olvidar que no cuenta con mayoría suficiente para aprobar los Presupuestos. Le toca dialogar, negociar y atender las demandas de los partidos del bloque plurinacional de izquierdas. La negociación empieza ahora».

Fuentes de Bildu añaden un llamamiento al Ejecutivo para que sea «valiente» en la actual coyuntura económica y tome medidas «sin temor a las élites económicas que no se presentan a las elecciones, pero intentan influir y condicionar». Es decir, un giro aún más pronunciado a la izquierda. Lo contrario de lo que le ha pedido posteriormente en el patio del Congreso el portavoz del PDECat en la Cámara Baja, Ferran Bel, quien ha aplaudido que se dejen fuera del proyecto de PGE tanto la ley de vivienda como la homogeneización del impuesto de patrimonio.

Bien, pero...

Menos dureza han mostrado Íñigo Errejón (Más País) y Joan Baldoví (Compromís), también socios habituales del Gobierno, pero con un peso mucho menor al de ERC, PNV y Bildu. Los dos han aplaudido partes del contenido —que han conocido por la prensa—, aunque han alejado la idea de un acuerdo seguro. Baldoví, por ejemplo, ha aplaudido la revalorización de las pensiones conforme al IPC o la subida salarial a funcionarios, pero ha advertido: «En clave valenciana, la negociación empieza ahora».

Y en ese aspecto, Baldoví reclama un fondo de nivelación para que las comunidades autónomas infrafinanciadas cuenten con un suplemento para igualarse con la media nacional. Algo que, según los cálculos de Compromís, le supondría a las arcas del Estado un desembolso de 2.400 millones de euros. El diputado valenciano, próximo candidato a presidir la Generalitat valenciana, también ha pedido que continúen las inversiones en trenes de cercanías y media distancia en la Comunidad Valenciana.

Errejón, por su parte, ha celebrado que tras dos años insistiendo en la necesidad de invertir en salud mental vaya a haber partidas específicas, pero también ha señalado que hay asuntos pendientes que reclamará su partido. De momento, según él para no complicar las negociaciones con un Gobierno al que le cuesta ceder, ha preferido no explicitar el resto de sus reclamaciones. «Intentaremos que la música que nos suena bien se concrete en una letra adecuada».

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