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Congreso Federal, colapso moral

Cuando las urnas derrumben a Sánchez caducará un sistema. La caída definitiva: sin manual de resistencia. El sexenio sanchista ha salido muy caro al PSOE; también a la democracia española

Artículos de Sergi Doria en ABC

Pedro Sánchez, en mayo, durante un mitin del PSOE efe
Sergi Doria

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«Cuando un hombre se derrumba con su sistema, la caída es definitiva». Lo anotó Mussolini tras su defenestración en el Gran Consejo Fascista de 25 de julio de 1943. El Duce había sido derrotado por diecinueve votos frente a ocho y una abstención. En ... pocas horas se derrumbaba un Régimen de veinte años. Entre los camaradas que lo depusieron, De Bono, Bottai, Grandi, o su propio yerno, el conde Ciano. Antonio Scurati recrea el episodio en 'M. La hora del Destino' (Alfaguara), cuarta entrega de su biografía novelada del dictador. «Ya no se trata de 'traicionar' o 'no traicionar', sino de tener el valor de confesar la traición que él ha cometido, consumada día a día, desde la primera decepción hasta el colapso moral», consigna Bottai en su Diario la víspera del Gran Consejo. El cabecilla de la rebelión es Dino Grandi, el hombre que pasó de la reticencia ante la Marcha sobre Roma a la adhesión inquebrantable a Mussolini. Scurati lo describe: «Inteligente, con cierta confusión ideológica pero políticamente astuto… Espera de manera oportunista la evolución de los frentes de guerra». Y la guerra va muy mal en todos los frentes. Los aliados penetran por Sicilia. Mientras el pueblo sufre, Marcello Petacci, hermano de Clara, la amante del Duce, prospera en la corrupción: «El verano pasado se vio contaminado por los residuos tóxicos de un escándalo, dañándolo quizá de forma irreparable… Han salido a la luz una serie de trapos sucios; desde la especulación sobre el petróleo rumano hasta el multimillonario comercio del estaño: hidrocarburos, zinc, platino y cobre, latas de sardinas y packs de cacao; repugnantes ganancias gracias al tráfico de mercancías ahora preciosas a causa de la guerra y obtenidas gracias a las excepciones gubernamentales as productos prohibidos o racionados», escribe Scurati. ¿Nos suena?

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