El Senado muestra su rechazo a una posible ley de amnistía sin el apoyo del PSOE

El Partido Popular utilizó el primer pleno del Senado para promover una moción en contra de la amnistía que marcara las cartas de cada formación política de manera pública. Como era de esperar, la iniciativa salió adelante con los votos en contra del PSOE y sus posibles socios de legislatura. Toda una declaración de intenciones que deja claro, aunque Sánchez no lo diga, que esta ley (sea cual sea su nombre final) se está ya negociando y que es cuestión de tiempo que vea la luz como pago para que la reelección del actual presidente en funciones se haga realidad. Si es el principio o el final de la negociación es algo que solo la negociación y el tiempo desvelará.

La visita de Yolanda Díaz a Carles Puigdemont es «la mayor indecencia institucional vivida en los 45 años de nuestra democracia», señaló Antonio Silván, el senador del PPencargado de defender la moción. «Hablamos de un huido de la justicia que actúa a modo de jefe de Estado utilizando su lugar de fuga como sede de consultas, empezando de manera inaceptable por una vicepresidenta del Gobierno en funciones que parece no haber entendido sus funciones», dijo Silván, afeando al PSOE que se haya echado en manos de los separatistas y de Sumar para mantenerse en el poder.

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Eva Granados, portavoz socialistaen el Senado, trató de defender su posición emulando a su líder. Como Sánchez, ella tampoco nombró a la bicha. Como si la amnistía que ahora parecen defender fuera una palabra prohibida. «Ustedes se han quedado en un rincón con Vox y la España del 2023 es el pluralismo que se demuestra con todas las formaciones políticas. Por eso, los socialistas vamos a seguir trabajando para rehacer la convivencia en Cataluña. Diálogo, negociación y pacto, eso es la democracia. Esa es nuestra enmienda. No cuenten con el PSOE para la confrontación, que nosotros estaremos en el diálogo», dijo Granados.

Sus palabras las recogieron con interés los separatistas, que aprovecharon su intervención para ponerle deberes a Pedro Sánchez. «Es imprescindible una amnistía que sea un punto de partida para la resolución del conflicto. Hay que llevar a cabo una negociación que pueda culminar con un pacto histórico para resolver el conflicto», señaló Josep Lluís Cleries, senador de Junts.

En el mismo sentido se expresó Sara Bailac (ERC), quien reiteró sus exigencias, repetidas desde que supieron que sus votos serían decisivos para mantener a Sánchez en La Moncloa. «Votar no es delito y la amnistía debe ser el punto de partida de la negociación para ir hasta el origen del conflicto que es el reconocimiento del derecho de autodeterminación de Cataluña», dijo la catalana.

Era curioso ver cómo mientras Sánchez evitaba hablar de amnistía y negaba un referéndum desde La Moncloa, en el Senado había parlamentarios catalanes que le exigían ambas cosas sin ambages mientras votaban en contra de una moción que retrató al actual Gobierno en funciones.

La primera votación de la legislatura en el Senado afloró un resultado anómalo, pues de los 264 senadores, solo 248 fueron capaces de votar y de ellos, solo 246 votos fueron válidos. En total, 18 se quedaron sin contabilizar y eso que en la cámara había pleno de asistencia. A favor de la moción contra la amnistía votaron la mayoría de los senadores populares, además de los tres de Vox y uno de UPN. En contra hubo 107 votos, entre los que faltaban varios de los socialistas que tampoco supieron apretar bien los botones el primer día. A ellos se unieron los de los separatistas catalanes, EH Bildu, PNV, BNG y Más Madrid.