Sánchez tiende la mano a Aragonès tras la ruptura del Govern pero Moncloa duda de la actitud de ERC
El presidente reacciona a la salida de Junts de la Generalitat pidiendo «estabilidad»
Víctor Ruiz de Almirón y Mariano Alonso
Madrid
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reaccionado a la ruptura del Govern de Cataluña por parte de Junts Per Catalunya reclamando «estabilidad» y teniendo la mano al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y a la «agenda de diálogo» ... entre ambos ejecutivos, siempre boicoteada por los de Carles Puigdemont, que se han ausentado incluso de las dos últimas reuniones de la llamada mesa de diálogo, uno de los compromisos que ERC estableció como fundamentales en 2020 para apoyar al Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.
En una rueda de prensa este viernes en Praga, al término de la cumbre informal de la Unión Europea (UE) y otros países invitados celebrada en esa capital, Sánchez ha explicitado que «sea cual sea la circunstancia siempre vamos a tener tendida la mano».
Sin embargo, en Moncloa cunde el escepticismo sobre la actitud de ERC ante esta nueva tesitura, en la que la pugna por el espacio independentista podría afectar tanto al futuro de la legislatura catalana como a la actitud de los independentistas en la recién abierta negociación de los Presupuestos Generales del Estado, que en los dos últimos años han salido adelante con su apoyo en las Cortes.
Junts rompe el gobierno de coalición con ERC
Daniel TerceroLa militancia de la formación que preside Borràs vota por la solución rupturisa, deja a Aragonès sin apenas apoyo parlamentario y un partido fraccionado por la mitad
El mensaje sobre un posible apoyo del PSC está claro y lo ha escenificado Sánchez desde la capital de la República Checa. Pero con lo que hay más dudas es sobre las consecuencias desde el punto de vista nacional. Se contemplan las dos hipótesis, tanto el acercamiento de ERC en Madrid por dependencia del PSC en Cataluña. Pero también contemplan lo contrario. Que los republicanos, viendo que la legislatura autonómica pueda caminar hacia su fin, tiendan a separarse de los socialistas en todos los escenarios, tanto en Madrid como en Barcelona. Hasta el jueves, víspera de la votación de la militancia de Junts, que por un 55 por ciento a favor ha decidido la ruptura del Gobierno catalán, en el PSOE cundía la sensación de que no habría sorpresas, aunque los socialistas llevan tiempo mostrando su desconfianza hacia lo que representa el espacio de la antigua CIU, con el que el propio Sánchez ha tenido sonoros encontronazos parlamentarios.
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