Sánchez intensifica su presencia en los mítines de precampaña ante la irrupción de Díaz y Sumar
El PSOE se afana en separar su espacio del de la plataforma Sumar: «Son votantes distintos»
Ferraz no convoca a los barones a su convención municipal para evitar plantones y eclipses a los candidatos locales
En Ferraz y en Moncloa no existe una gran preocupación por la irrupción de la plataforma Sumar. Se valoran más los estímulos positivos que pueda aportar en el tablero electoral que los riesgos de que pueda atraer votantes socialistas. Siendo esto así, lo cierto ... es que en la sala de máquinas socialista empiezan a ser sensibles a las voces que alertan de que la diferenciación entre los espacios que representan PSOE y Sumar debe evidenciarse de forma más nítida.
Para llegar a un cuerpo electoral más amplio, en primer lugar, y para eliminar riesgos de que siendo percibidos como iguales algunos electores opten por Yolanda Díaz en lugar de por Pedro Sánchez.
En la cúpula del Gobierno se afanan en poner en valor que en los datos que tienen «ya se está movilizando voto progresista» y que todavía «no sabemos en qué quedará Sumar», pero que por el momento «ha generado un efecto positivo, optimista» entre los electores progresistas. Aunque dejando claro que el espacio de la vicepresidenta segunda es el de «un votante que no vota PSOE».
En este sentido, los datos que ahora mismo tiene Ferraz no apuntan a que Sumar vaya a tener una gran capacidad para atraer voto socialista. «No nos genera temor. Lo que genera es una sensación interesante. Ilusión y capacidad de movilizar la abstención», señala un alto mando del Gobierno y del partido. Lo que se expresa con claridad en público como en privado es que se entiende más útil electoralmente que Podemos se integre en Sumar.
Nunca el escenario de las tres listas en liza, la del PSOE, la de Sumar y una tercera de Podemos. Pese a que tres marcas pueden abarcar más electorado, en un reparto de escaños provincial esa fórmula sería letal. Lo que tienen claro es que antes del 28-M no se va a producir ese acuerdo: «La noche electoral todos tendremos que hacer reflexiones», apuntan en Ferraz, en clara sintonía con la estrategia temporal de Yolanda Díaz.
No obstante, el partido está intensificando de forma muy importante en las últimas semanas la actividad interna de sus principales dirigentes. María Jesús Montero y Pilar Alegría, como vicesecretaria general y portavoz de la Ejecutiva acumulan semanas de mucha actividad. Solo esta semana han tenido lugar tres mítines de partido: Segovia, Burgos y el de ayer mismo en Cáceres. Y se pondrá el broche con la convención municipal de este fin de semana en Valencia.
El presidente pisa el acelerador
El presidente del Gobierno lleva desde comienzos de año salpicando su agenda con actos de partido. Con el de ayer son ya 17 mítines en poco más de un trimestre. Pero en esta semana ha apretado el acelerador. En la que la agenda orgánica supera en protagonismo a la gubernamental. No todas las semanas de aquí al 28-M estarán tan descompensadas, porque en otras habrá actividad parlamentaria, pero sí que la voluntad es darle mucho peso a la campaña.
Pese al afán de territorializar los comicios Sánchez va a tener presencia en todo el país. Y con un mensaje del que pretende hacer bandera frente al PP, pero también en comparación con el espacio de Díaz: la gestión. «En estas elecciones nuestra liga es la gestión, gestionar y dar respuesta a los problemas de la gente, a sus demandas, a sus necesidades y a sus esperanzas», porque «en gestión no hay color, gana el rojo del Partido Socialista Obrero Español».
Fue un mensaje que Sánchez lanzó en el primer mitin de esta semana como reivindicación inequívoca de las siglas en un momento en el que el foco puesto en Díaz no terminaba de entenderse la asociación tan clara con la vicepresidenta segunda.
Según trasladan desde Ferraz, la intensidad de esta semana será el mínimo esperable a partir de ahora. «A partir de ahora va a ir subiendo progresivamente», trasladan desde la sede federal del partido. Se irá incrementando su agenda paulatinamente hasta que en el epicentro de la campaña electoral en el que Sánchez irá prácticamente a acto diario, siempre haciéndolo encajar con una agenda gubernamental que, por ejemplo en lo relativo a viajes internacionales, tendrá menos peso que en el último mes.
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