Sánchez defiende la amnistía en un discurso de investidura convertido en un alegato contra el PP y Vox

Defiende como «legal» y «constitucional» su medida para Puigdemont y asegura que a la derecha en realidad no le preocupa ese olvido legal

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El candidato a la investidura, Pedro Sánchez, durante su intervención EFE

Pedro Sánchez ha convertido su cuarto discurso de investidura este miércoles en el Congreso de los Diputados en un alegato contra el Partido Popular (PP) y Vox, contra los que se ha empleado a fondo durante buena parte de su intervención matutina desde la ... tribuna de oradores. Sólo muy al final de su intervención se ha referido a la ley de amnistía registrada esta misma semana en solitario por el PSOE, que ha definido como «legal» y acorde con la Constitución. Incluso en esa parte de su intervención ha arremetido contra las formaciones de la derecha, a las que ha culpado, sobre todo al PP cuando estuvo en el Gobierno, de los sucesos ocurridos en Cataluña en el año 2017. Sánchez ha dicho incluso que en realidad «a la derecha reaccionaria» no le preocupa ese olvido legal a los encausados por el 'procés', sino que es una excusa para frenar «los avances» que realizará la nueva coalición del PSOE y Sumar.

El candidato, que será investido este jueves en primera votación gracias al apoyo de los grupos independentistas a cambio de varias cesiones -singularmente esa amnistía para Carles Puigdemont y los encausados por el 'procés', así como para quienes protagonizaron incidentes violentos en Cataluña en 2019 tras la sentencia del Tribunal Supremo (TS)-, ha acusado a los de Alberto Núñez Feijóo, que le escuchaba desde su escaño, de haberse sumado después de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo «al club reaccionario de Trump [Donald], Le Pen [Marine] y Abascal [Santiago]», y a partir de ahí ha hilvanado un sinfín de reproches a las dos formaciones que quedarán en la oposición tras su investidura, sumando 170 escaños de los 350 que componen la Cámara Baja.

Desde negar el cambio climático, querer «a las mujeres en las cocinas, a los homosexuales en los armarios y a los migrantes en campos de internamiento», a haber dejado «a miles de niños sin educación», una acusación que ha repetido en varias ocasiones, provocando la indignación de la bancada popular. También les ha afeado la supresión de carriles bici en algunos ayuntamientos que cambiaron de color tras los comicios de mayo. A juicio del candidato socialista y ahora presidente del Gobierno en funciones, «la única igualdad que peligra es la de las mujeres como consecuencia de los acuerdos del PP con Vox».

Frente a todo ello, Sánchez ha reiterado su compromiso de subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta el 60% del salario medio, crear un nuevo estatuto de los trabajadores y, más a corto plazo, prorrogar hasta el verano la bajada del IVA en algunos servicios, así como la gratuidad del transporte público para menores y jóvenes, algo que ha admitido que deberá hacer con «la coordinación de las comunidades autónomas», la mayoría de ellas gobernadas por la derecha.

Alusión a las manifestaciones

El discurso de Sánchez, a las doce del mediodía, ha comenzado con una alusión a las protestas en contra de su investidura que se repiten desde hace semanas, que fueron masivas en toda España el pasado domingo, y que también se están produciendo en los alrededores del Congreso este mismo miércoles. El líder del PSOE ha mostrado su «respeto» por quienes se han manifestado «de manera pacífica». «Subrayo: pacífica», ha reiterado, aunque a continuación ha dicho que la Constitución «reconoce una forma de participación superior», como es la de la elección de las Cortes Generales. En esos primeros compases de su discurso, en los que no abordaba lo referente a Cataluña, el candidato ha puesto especial énfasis en una defensa de la Constitución de 1978, «porque aprendimos de nuestros padres y nuestros abuelos que sólo hay democracia dentro de la Constitución. Fuerza de la Constitución y sus reglas no hay democracia, sino imposición y capricho», ha sentenciado.

Galería. La investidura, en imágenes.

Pasada más de una hora desde que se encaramase a la tribuna, Sánchez ha abordado la cuestión de la amnistía, aunque sin entrar en detalles sobre lo pactado con ERC y en Bruselas con un prófugo de la justicia como Puigdemont. Sí ha repetido que la hace por «el interés de España», como afirmó ante el Comité Federal del PSOE el pasado 28 de octubre, en la primera ocasión en que defendió con claridad y sin ambages la amnistía que durante mucho tiempo negó y que llegó a tachar de anticonstitucional. Además, y de manera genérica, ha constatado que hay «ciudadanos» en Cataluña y el País Vasco que no se sienten parte de España y, tras decir que esa no es la postura que defiende «el Gobierno de coalición» con Sumar, ha argumetnado que «grosso modo», existen dos formas de imntentar convencerles para que cambien de opinión, una, la de la derecha, «la vía de la imposición y de la crispación social», y otra, la suya, «la del diálogo. el perdón y el entendimiento».

El primer compromiso de Sánchez, que arrancó también el primer aplauso a la bancada socialista y del resto de la izquierda en el hemiciclo, fue un guiño a Sumar, su futuro socio de Gobierno. El presidente repasó los conflictos bélicos del mundo y se paró en el de Oriente Próximo. Ahí, el candidato socialista habló de «determinación» para exigir «el alto el fuego inmediato de Israel sobre Gaza y el estricto cumplimiento del derecho internacional humanitario que hoy claramente no se está respetando». Condenó también el ataque terrorista sufrido por Israel a manos de Hamás y pidió que la justicia caiga sobre los responsables del mismo, pero al mismo tiempo rechazó «la matanza indiscriminada de palestinos en Gaza y en Cisjordania».

Sánchez abogó por la celebración de una conferencia de paz «urgente» que desemboque en la «solución justa y largamente demandada por el pueblo palestino» que es «el reconocimiento de su Estado avalado por la comunidad internacional». En ese sentido, el candidato socialista señaló que su «primer compromiso de esta legislatura será trabajar en Europa y en España para reconocer al Estado palestino».

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