La gravedad cambiada

Sánchez gana en Cataluña lo que pierde en otras comunidades, ofendidas por las concesiones a los independentistas. El PP gana en el resto de comunidades lo que pierde en Cataluña oponiéndose al uso del catalán en el Congreso, a los indultos y a la amnistía. En las últimas elecciones la aritmética cayó del lado socialista y el PP no pudo remontar en el conjunto de España el 19-6 que el PSC le endosó. Por ejemplo en Madrid, el PP sólo le sacó 6 escaños al PSOE (16 a 10).

Es igualmente nuevo para la democracia española que no sólo un Gobierno se haga fuerte en Barcelona, y en Cataluña, sino que lo haga de un modo tan directo y agresivo contra Madrid y la idea de Madrid. La oposición más letal y concreta a Sánchez y al sanchismo la encarna en estos momentos Isabel Díaz Ayuso, que contrapone en la Comunidad su modelo de Estado, de economía y de políticas sociales a las del Gobierno. Para Ayuso, Madrid es una metáfora de España. Para Sánchez, Cataluña y el País Vasco son la sinécdoque de la nación. La parte por el todo. Con esto le vale para sumar y ganar.

Quedó claro el domingo en Madrid que el PP está incómodo y resulta poco creíble en las manifestaciones, pero que sus líderes en el poder son queridos y aclamados, primero porque están en el poder, y el PP es un partido de poder; y segundo porque ejercen el tal poder de un modo que la inmensa mayoría de afectados interpreta como beneficioso.

En este insólito Barça-Madrid trasladado a la política y en el que por primera vez Madrid está en la oposición, el que gana es el que por menos goleada pierde cuando juega en el campo rival.