Margarita Robles descarta el robo de material sensible en el espionaje a Pedro Sánchez

Robles ha comparecido por primera vez, tras seis años como ministra de Defensa, ante la Comisión Mixta de Seguridad Nacional. En la sala Constitucional, durante más de tres horas, apenas ha pronunciado una vez la palabra Marruecos. Ha sido para elogiar la actuación de las Fuerzas Armadas para ayudar a la recuperación del país vecino tras el trágico terremoto de septiembre.

Es la única vez que ha mencionado el reino alauí, a pesar de que tanto la oposición como sus socios le han preguntado si, como apunta algún indicio, fue Marruecos quien estuvo detrás del espionaje a su móvil, al de Sánchez, al del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y al titular de Agricultura, Luis Planas. Dos meses antes de que el Gobierno desvelase la intervención del teléfono del presidente, Sánchez cambió unilateralmente la posición histórica que había mantenido España respecto al Sahara, su antigua colonia, y pasó de abogar por un referéndum de autodeterminación a abrazar el plan marroquí de autonomía bajo su soberanía.

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Robles ha insistido este lunes, repetidamente, en que en los terminales intervenidos a miembros del Gobierno con el programa Pegasus –comercializado por una empresa israelí que solo lo vende a Estados–, incluido el del presidente, no había información «clasificada como secreta o reservada». Solo se pudieron ver afectados, ha aseverado la ministra, «la intimidad y la los datos personales» de los afectados. «No hay vulneración alguna de la seguridad nacional», ha zanjado, sin entrar en más explicaciones, y recordando que la causa, por una denuncia del Gobierno, está siendo investigada en los tribunales.

«El objetivo del Gobierno –ha dicho la titular de Defensa– es que se llegue a la autoría de los hechos». Pero, eso sí, «con conocimiento acreditado y debidamente probado». Esa ha sido la coletilla a la que se ha aferrado para no dar pábulo a las «especulaciones» que, según ella, aireaban los diputados y senadores reunidos en la comisión. Rafael Hernando (PP) ha apuntado que del móvil de Sánchez se sustrajeron tres gigas de información «con la que se les puede chantajear». Esa ha sido la tesis también de Alberto Asarta (Vox), quien ha señalado que la sociedad española merece saber si el presidente está siendo «víctima de un chantaje».

Desde Bildu, Jon Iñarritu, poco sospechoso de ser cercano a PP y Vox, también ha trasladado que cunde la sensación de que «hay un asunto o un Estado» del que el Gobierno de Sánchez no quiere hablar. Se refería el aberzale a Marruecos, y es que tanto él como Hernando han recordado que el Parlamento Europeo llegó a la conclusión de que lo más probable es que el país vecino estuviese detrás del espionaje a Sánchez y a algunos de sus ministros. El socialista Javier Rodríguez, en sus dos intervenciones, ha defendido que ya hay una comisión de investigación por el caso Pegasus. Comisión por exigencia separatista que aún no ha empezado a rodar.