El rearme de Sánchez no invierte en la primera preocupación de Von der Leyen: los ataques aéreos
El Libro Blanco sobre la defensa europea encabezó su lista de prioridades con el blindaje de los cielos
Fuentes militares avisan de que España no puede repeler misiles balísticos y podrían llegar desde el Sahel
Pedro Sánchez intenta compensar el choque en defensa con el nuevo plan de vivienda
Madrid
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Iniciar sesiónEl presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó su multimillonario plan de gasto en defensa para 2025 a finales de abril. Hacía más de un mes que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había presentado en Bruselas el Libro Blanco ... que establece cuáles son las necesidades de inversión para lograr una UE militarmente más segura. Sin embargo, el plan español no prevé inversiones en la primera de las siete «brechas críticas» advertidas en ese documento y marcadas como prioridades: la defensa integral de los cielos.
Y no es que España no lo necesite. Según explican fuentes militares a ABC, «hay cosas imprescindibles que deberíamos tener y no tenemos, y otras que tenemos pero vamos muy justos», señalan. El Consejo de Ministros dio luz verde el año pasado a varios contratos para modernizar y aumentar la protección del espacio aéreo con una defensa por capas, pero no es equivalente a una «cúpula de hierro».
La preocupación son los ataques con misiles balísticos que los hutíes están lanzando sobre Israel desde Yemen. «Si desde el Sahel nos lanzan misiles balísticos, no tenemos capacidad para interceptarlos y tampoco tenemos misiles balísticos para contestar a esos ataques», subrayan.
A la hora de decidir en qué gastar, el Gobierno siguió las líneas generales que el Estado Mayor de la Defensa lleva años marcando. ¿Qué ha fallado entonces? Según fuentes militares, la improvisación con el presupuesto. «Esa lista de material cubre demandas que el Jemad lleva reclamando años. Fue hecha antes de saber con qué presupuesto se iba a contar. Ahora el dinero se ha multiplicado y se va a seguir multiplicando. Si hubiera tenido esa información, el Jemad habría diseñado inversiones más ambiciosas pensando en cubrir las capacidades que España necesita para el futuro», sostienen.
ABC ha preguntado al Ministerio de Defensa el motivo por el que se ha decidido no invertir en esta área así como si se prevé actualizar el plan presentado, pero este Departamento no ha ofrecido respuesta. Un mes después de la presentación del plan también sigue en el aire cómo se va a seguir financiando el rearme en 2026 y los años siguientes ya que los 10.471 millones de inversión presentados por Sánchez afectan solo a este año.
Misiles, aeronaves y drones
El riesgo de ataque aéreo es una gran preocupación de la Comisión Europea no solo por España y por eso encabeza con ello su listado de brechas críticas. «Basándose en las deficiencias en la capacidad de defensa ya identificadas por los Estados miembros, este Libro Blanco establece siete áreas prioritarias cruciales para construir una defensa europea sólida», recoge el documento. «Las áreas de capacidad prioritarias son las siguientes: una defensa aérea y antimisiles integrada y multicapa que proteja contra un espectro completo de amenazas aéreas (misiles de crucero, misiles balísticos e hipersónicos, aeronaves y UAS –Unmanned Aircraft Systems o sistemas de aeronaves no tripuladas–)», continúa.
Partidas para el cielo
70
millones para adquirir «sistemas que deben de ser capaces de proporcionar defensa antimisil para los buques en el escenario más desfavorable», como parte de un programa de modernización.
564,98
millones irán dirigidos al «incremento de la reserva de munición y explosivos correspondiente a los Ejércitos/Armada (Sistema Defensa de Punto Antimisil)», dentro del apartado de defensa y disuasión.
216
millones se dedicarán a la «maduración tecnológica de los distintos paquetes de trabajo del programa Sistema de Armas de Nueva Generación dentro de un Sistema Aéreo de Combate Futuro».
338
millones han sido previstos para para modernizar las nuevas tecnologías y convertir los 18 sistemas actuales diferentes en un solo que permita «el control de la batalla aérea en tiempo real».
928
millones se invertirán en el simulador de paracaidismo, el sistema de entrenamiento para las Fuerzas Armadas, reforzar las capacidades en guerra electrónica o sistemas de identificación para helicópteros.
661
millones se dedicarán en servicios de navegación y transporte aéreo prestados a organismos nacionales e internacionales (EUROCONTROL, AEAT, AENA, CNI, Comisión Europea, entre otros).
100
millones de euros figuran en el plan para la adquisición de medios aéreos para el Ministerio de Transición Ecológica, poniendo como ejemplo de su destino la extinción de incendios.
50
millones se usarán para sustituir por obsolescencia las aeronaves CASA C-212 Aviocar de la Escuela Militar de Paracaidismo «Méndez Parada» y del Ala 37, que apoyan a los cursos de paracaidismo.
Frente a las críticas de los principales aliados de izquierdas del Gobierno, el rearme español y europeo no se enfoca a la agresión sino a la protección intentando evitar la misma idea del ataque. «Para disuadir de forma creíble la agresión armada extranjera y abordar las consecuencias de la inestabilidad y los conflictos, los Estados miembros de la UE deben contar con las capacidades necesarias para llevar a cabo todo el espectro de tareas militares», justifica el Libro Blanco europeo. Actualmente, «los Estados miembros padecen deficiencias críticas de capacidad que afectan la ejecución de operaciones militares complejas durante un período prolongado. Dado el rápido deterioro del contexto geopolítico y el aumento de las tensiones, Europa necesita adquirir los activos necesarios en un plazo razonablemente breve», añade.
El plan del Gobierno prevé inversiones en el ámbito aéreo y antimisiles (unos 3.000 millones entre ambos) pero no para evitar cualquier tipo de ataque aéreo sobre el territorio y cerrar, por tanto, la brecha crítica detectada sino para otras cuestiones. Así, el aumento de las capacidades antimisiles recoge la adquisición de «sistemas que deben de ser capaces de proporcionar defensa antimisil para los buques en el escenario más desfavorable» y el «incremento de la reserva de munición y explosivos correspondiente a los Ejércitos/Armada (Sistema Defensa de Punto Antimisil)».
España no cuenta con capacidad para protegerse de misiles balísticos lanzados desde el Sahel, según fuentes militares
Al primer punto se dedican 70 millones y al segundo, 564,98 millones. Ambas inversiones se encuentran dentro del apartado de instrumentos de defensa y disuasión. El primero como un programa especial de modernización y el segundo como un plan de reserva estratégica de munición según los requisitos de la OTAN.
En cuanto al aumento de las capacidades aéreas sucede lo mismo. Hay partidas previstas pero no sirven para cerrar la brecha que tiene España y que preocupa a Bruselas. La inversión en medios que tienen que ver con el cielo supera los 2.200 millones de euros pero se centra en mejorar las tecnologías de telecomunicación y ciberseguridad, modernizar la enseñanza en movilidad aérea, mejorar las capacidades de entrenamiento, modernizar las tecnologías aéreas robóticas, o el apoyo a la gestión de emergencias y desastres naturales. Para instrumentos de defensa y disuasión aérea solo figuran 216 millones pero dirigidos a la «maduración tecnológica de los distintos paquetes de trabajo del programa Sistema de Armas de Nueva Generación dentro de un Sistema Aéreo de Combate Futuro».
Apoyo a desastres naturales
El grueso de la inversión se lo llevan partidas como los 338 millones para modernizar los sistemas actuales para permitir «el control de la batalla aérea en tiempo real», o los 928 millones para el simulador de paracaidismo, el sistema de entrenamiento integrado para las Fuerzas Armadas, el refuerzo de capacidades en guerra electrónica, diseño de POD (luz láser) para combate aéreo, y sistemas de identificación avanzada para helicópteros, incluyendo formación y simulación. Otros 661 millones se dedicarán a servicios de navegación y transporte aéreo prestados a organismos nacionales e internacionales (EUROCONTROL, AEAT, AENA, CNI, Comisión Europea, entre otros) así como a la adquisición de 7 aviones anfibios DHC-515 para la lucha contra los incendios, y también aparece una partida de 100 millones para la adquisición de medios aéreos para el Ministerio de Transición Ecológica.
Más reducida es ya la partida de 50 millones a sustituir por obsolescencia las aeronaves CASA C-212 Aviocar de la Escuela Militar de Paracaidismo «Méndez Parada» y del Ala 37, cuyo rol principal es «el apoyo a los cursos de paracaidismo de la Escuela Militar de paracaidismo». Asimismo, aparecen tres millones para un sistema tripulado remotamente para misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento nivel táctico, y otros cinco millones para una plataforma de tipo helicóptero medio que permite realizar operaciones aeromóviles y aeronavales, apoyo logístico, búsqueda y rescate, operaciones aéreas especiales, recuperación de personal y helitransporte para el apoyo a la gestión de emergencias y desastres naturales.
El grueso del plan de Sánchez para capacidad aérea se centra en apoyo a desastres, formación y sustitución de aeronaves
Dentro de este apartado figuran también 50 millones para reemplazar seis helicópteros multipropósito «con el fin de garantizar la capacidad de transporte aéreo y logístico en apoyo a la acción del Estado».
Seis brechas más
Tras la defensa aérea y los sistemas antimisiles, las siguientes brechas críticas de seguridad que señala el Libro Blanco europeo son los sistemas de artillería, las municiones y misiles, los drones y sistemas antidrones, la movilidad militar, la ciberguerra cuántica y electrónica y los facilitadores estratégicos y de protección de las infraestructuras críticas. Y para poder cerrarlas, los estados miembros no pueden ir por libre.
La Comisión Europea advierte de que se necesita «un entendimiento común entre los Estados miembros sobre las prioridades más urgentes de inversión en capacidades», así como un «compromiso estable y a largo plazo para abordarlas», y «un acuerdo claro entre los Estados miembros sobre el marco de gobernanza para cada tipo de capacidad, que puede variar de un país a otro».
El Libro Blanco también señala la necesidad de establecer «financiación e incentivos de la UE para ayudar a los Estados miembros a movilizar los recursos presupuestarios necesarios y a gastarlos de la manera más eficiente y específica». En este sentido, subraya que la Unión ya «ayuda a los Estados miembros a identificar las deficiencias y prioridades de capacidad a nivel de la UE», les apoya «en la puesta en marcha de nuevos proyectos de capacidad, comenzando por la armonización de los requisitos» y pone como ejemplo de éxito la Flota de Buques Cisterna de Transporte Multifunción.
Para la Comisión Europea no hay tiempo que perder. «La reconstrucción de la defensa europea requiere acciones en varias dimensiones, en estrecha coordinación con la OTAN. Se requieren medidas e inversiones urgentes para reponer las reservas de material y equipo militar de los Estados miembros, que se encuentran agotadas», urge el Libro Blanco desde el pasado 19 de marzo.
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