Rato y Aguirre culparon a Montoro de filtrar sus datos fiscales

Rato leyó un escrito en el que, además de acusar a la fiscal Elena Lorente de presentar unos hechos contra él «artificialmente complejos» como base de una acusación «improcedente», recordaba los correos electrónicos en los que Montoro solicitó esos datos. Según dictó el exvicepresidente, el 21 de enero de 2015, el jefe de gabinete del exministro de Hacienda Felipe Martínez Rico escribió el siguiente 'email' a Montoro: «Santiago (Menéndez), director de la Agencia Tributaria entonces, quiere comentar contigo la situación fiscal de Rato. Tiene ahora indicios de que está procediendo al alzamiento de bienes. Traerá información preparada, pero es posible que la situación derive en la necesidad de una entrada y registro. Puede comentarlo el jueves después del Comité de Dirección o después del Consejo de Ministros el viernes, como prefieras».

Este no fue el único correo electrónico que leyó Rato en la Audiencia Nacional para acusar a Montoro de la filtración. El 9 de febrero de 2015, Martínez Rico envió al que fuese ministro de Hacienda que «Rodrigo Rato sí presentó la declaración». Además, en este se incluyó que «en la declaración 720» pidieron a la Agencia Tributaria «la información». «Vamos a revisar la que habíamos elaborado y te entregamos, por si hay alguna errata que corregir», rezaba el mensaje con Montoro como destinatario.

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También se refirió a unas declaraciones del 4 de abril de 2015 del entonces ministro de Justicia, Rafael Catalá, a una agencia de noticias en las que aseguró que Rato se había acogido a la regularización fiscal, una información secreta que solo se podía conocer a través del ministro de Hacienda.

Por último, doce días después de las declaraciones de Catalá, el día en el que se arrestó a Rato, Martínez Rico escribió de nuevo a Montoro. Según declaró el exvicepresidente del Gobierno, el correo incluía que «la amnistía fiscal ha servido de señuelo a la Agencia Tributaria», para posteriormente añadir que este plan surgió «para centrar investigaciones de fraude fiscal y que de la investigación posterior incluso puede derivarse una acusación por delito fiscal». Rato fue condenado a cuatro años y nueves meses de cárcel por defraudar a Hacienda y blanqueo en un proceso «dolorosísimo» que duró seis meses.

Pero las cuentas pendientes con Montoro no se limitan a Rato. Otra popular de lustre, como la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, también acusó en su momento al todopoderoso ministro de Hacienda de haber filtrado su declaración de la renta para perjudicarla políticamente.

Según afirma en declaraciones a ABC la propia Aguirre, en junio del 2015, a finales del primer mandato de Mariano Rajoy en la Moncloa, la baronesa popular llamó al entonces presidente para quejarse de la filtración de su declaración ante la Agencia Tributaria, un hecho que ella siempre atribuyó a Montoro por su rivalidad. La expresidenta de la Comunidad de Madrid, de hecho, llegó a presentar una denuncia en la Fiscalía General del Estado para que se investigasen los hechos. El escrito lo redactó el ahora alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, abogado del Estado de profesión, aunque la Fiscalía optó por no abrir diligencias.

Aguirre está convencida, en su fuero interno, de que la filtración de su renta apenas unos días antes de las elecciones municipales de 2015, celebradas aquel 24 de mayo, fue decisiva para quedarse a las puertas de convertirse en alcaldesa de Madrid. En aquella cita ganó los comicios, con veintiún concejales, pero no alcanzó la mayoría absoluta y fue la juez Manuela Carmena, por Ahora Madrid, quien se alzó con el bastón de mando.

«La declaración de la renta era totalmente correcta», defiende la expresidenta de la Comunidad de Madrid, quien destaca que en ella figuraban sus ingresos en el sector privado tras abandonar su puesto institucional en 2012 y no se advertía en ella, sostiene, ningún tipo de irregularidad fiscal. Años después, tras la imputación de Montoro por, supuestamente, beneficiar a gasísticas con una legislación favorable a cambio de pagos a su empresa, Aguirre aprovecha para saldar viejas cuentas.

Pero no solo Rato y Aguirre fueron víctimas de la locuacidad del ministro desvelando datos confidenciales. En una comparecencia parlamentaria en junio de 2017, Cristóbal Montoro aseguró que dirigentes socialistas se habían acogido a la amnistía fiscal, una información que, en teoría es confidencial y que no debería haber hecho pública. Este mismo año, acusó, también en la Cámara Baja, a dirigentes independentistas de tener cuentas en Andorra.

De hecho, fuentes consultadas por ABC denuncian, de forma unánime, que el ministro se saltaba constantemente la obligación de confidencialidad a la que está obligado por la Ley General Tributaria. «No es extraño que el ministro de Hacienda o el secretario de Estado del ramo tenga conocimiento de los casos más graves de fraude, lo que no es habitual y, de hecho, está prohibido por la ley, es hacer pública esta información». Y lo hizo incluso con uno de los que fueran compañeros de Consejo de Ministros, Manuel Soria, del que dijo «no se puede estar en el Gobierno y haber operado en paraísos fiscales», utilizando de nuevo una información confidencial.

Critican, además, las formas de Montoro con las amenazas concretas a periodistas, futbolistas o actores. Durante su etapa al frente del Ministerio de Hacienda incluyó en los objetivos de lucha contra el fraude a los profesionales de estos colectivos que utilizaban sociedades para declarar sus ingresos, abriendo decenas de inspecciones y poniendo múltiples multas.