La prohibición de comprar material militar a Israel retrasa planes clave para modernizar las Fuerzas Armadas

Así lo aseguran fuentes militares consultadas por ABC, que además advierten de que la sustitución de la tecnología israelí por otras que hay en el mercado internacional va a provocar importantes retrasos en la implementación de los nuevos sistemas en un momento en que es urgente, por la situación internacional, contar con un Ejército moderno y capaz de operar en igualdad de condiciones con los de nuestros aliados de la OTAN, que sí utilizan tecnología militar de Israel.

En términos generales, según fuentes de Defensa consultadas por ABC, se puede decir que los programas más afectados son los misiles Spike LR2 y el nuevo sistema de lanzacohetes Silam, ambos ya cancelados a pesar de ser de la máxima urgencia para las Fuerzas Armadas porque es una capacidad que España perdió en 2011 al dar de baja el sistema Teruel; el de radios tácticas e-Lynx que incorpora las últimas tecnologías de protección de las comunicaciones y la transmisión de datos, y el del nuevo vehículo blindado 8x8, presentado en su día por el Gobierno como uno de los pilares de la modernización de nuestro Ejército, afectado tanto por la cancelación de la compra de los misiles Spike que iba a montar como principal arma como por el blindaje de varios de sus componentes principales. Por si fuera poco el programa de los 8x8 ya lleva un año y medio de retraso y las sanciones a Israel no harán sino prolongarlo más.

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En algunos de los casos la sustitución del material ahora prohibido por otro similar será sencilla; en otros, muy costosa, hasta cierto punto paradójica y supondrá además una menor participación de la industria española en los programas; y en todos, un retraso notable en la modernización de las Fuerzas Armadas que ya antes avanzaba a un ritmo menor del deseable.

La cancelación del programa de misiles Spike, conocida ayer y que suponía una inversión de 285 millones de euros por la compra de 168 puestos de tiro y 1.680 misiles contra carro, supone desechar el principal arma de este tipo a disposición de las unidades de Infantería y Caballería. Asimismo eran los utilizados por los helicópteros de ataque Tigre y también el arma prevista por la empresa española Escribano para la torre Guardian 30 que montará el vehículo de combate 8x8 Dragon.

Prescindir del programa Spike tiene como consecuencia principal la necesidad urgente de elegir un nuevo misil contracarro, lo que en el caso del helicóptero Tigre requerirá invertir, antes de que pueda ser utilizado, un tiempo indeterminado en Investigación y Desarrollo para poder adaptar ese nuevo armamento a la aeronave.

En cuanto al 8x8, la integración del nuevo misil que se elija requerirá un rediseño de la torre Guardian 30 y la adecuación del sistema de lanzamiento y dirección de tiro. Por supuesto, ese trabajo implicará mayores retrasos en un programa, hay que insistir, que acumula ya más de año y medio de retraso respecto a las primeras entregas previstas. Está la opción de que el vehículo no lleve ningún misil contracarro en la torre, pero eso supondría una notable merma de sus capacidades, según fuentes militares consultadas por ABC.

De los misiles disponibles en el mercado, el Javelin norteamericano parece tener pocas opciones por las malas relaciones del Gobierno español con la administración Trump; el Akeron, fabricado por el consorcio europeo MBDA sería factible, pero implicaría desarrollar un nuevo sistema de armas en el Ejército de Tierra, no interoperable aún ni con el Tigre ni con los 8x8, y además añadiría una nueva línea de sostenimiento logístico que tendría que convivir en paralelo con los misiles Spike comprados antes de 2023 y que ya están en servicio; y la última opción, el EuroSpike, que es, en esencia, el mismo misil israelí Spike fabricado en España, pero que en este caso se hace en Alemania. Se trata de una licencia transferida a ese país, pero varios componentes y el origen de la tecnología es israelí.

Sin duda, sería la mejor opción desde el punto de vista operativo y de la rapidez de la integración ya que el Ejército dispone de los lanzadores, la logística y además conoce su uso, pero es evidente que se trataría de un autoengaño, pues compraríamos a Alemania lo que hemos prohibido adquirir a una empresa española, PAP Tecnos, filial de la israelí Rafael.

Programas ya anulados y más afectados

Misiles Spike

España adquirió en 2023 168 puestos de tiro y 1.680 misiles contra carro, fabricados por la israelí Rafael Adveanced Defence System, a través de su filial, Pap Tecnos. Estos misiles están integrados también en los helicópteros Tigre y en el nuevo blindado 8x8.

Sistema Silam

Este lanzacohetes múltiple, basado en el sistema israelí PULS de Ebit Systems, es desarrollado por las españolas Expal, Escribano y la propia Elbit. El Sistema Lanzador de Alta Movilidad busca dotar al Ejército de Tierra de capacidad de fuego de hasta 300 kilómetros.

Radios tácticas

Elbit Systems suministra las radios tácticas E-LynoX, utilizadas en vehículos como los 8x8 Dragón, carros de combate Leopard 2E, los Pizarro y unidades de Infantería ligera. Se fabrican en España bajo licencia. Todas las comunicaciones tácticas se hacen con este sistema.

Torres y blindajes

Los RG-31 Nyala y los vehículos de combate de zapadores Castor montan una torre fabricada por Pap Tecnos, filial de Rafael. El 8x8 incorpora un blindaje modular y asientos fabricados por Plasan, de Israel. También la torre no tripulada iba a tener tecnología de ese país.

En cuanto al otro programa ya cancelado, el Silam, las consecuencias son también bastante serias. En 2011 España perdió la capacidad de lanzacohetes al dar de baja el sistema Teruel, de fabricación nacional. El nuevo programa, dotado con 576,4 millones de euros y aprobado en 2023, iba a suponer un salto de calidad para la artillería de campaña ya que iba a permitirnos tener un sistema de armas de impacto estratégico capaz de alcanzar objetivos a 300 kilómetros. Ahora nuestro alcance máximo es de 40.

La cancelación de este programa israelí tiene un enorme impacto, mayor incluso que el de los misiles Spike, porque países como Marruecos o Argelia disponen de sistemas lanzacohetes modernos de origen israelí y norteamericano, en el primer caso, y rusos y chinos, en el segundo. Incluso Argelia cuenta con misiles balísticos tipo Iskander, muy utilizados por Rusia en la guerra de Ucrania.

Este desequilibrio de capacidades permitiría a esos dos países alcanzar objetivos en España desde su propio territorio o dificultar sobremanera el tráfico marítimo en el Estrecho de Gibraltar. Según los expertos consultados por ABC, nuestro país sólo podría responder con el uso de la aviación, la infiltración de unidades de operaciones especiales o ciberataques, sólo en el caso de que dispongamos de las armas apropiadas.

Defensa ya ha anulado los contratos de compra de los misiles Spike LR2 y del sistema de lanzacohetes múltiple Silam

Para suplir esta relevante carencia no hay muchas posibilidades: acudir a otros mercados, en principio salvo al estadounidense por las razones antes comentadas; poner en marcha un sistema desde cero, con los riesgos que supone no tener experiencia en el diseño y fabricación de este tipo de actuaciones, o buscar una alianza comercial con transferencia de tecnología, al igual que sucedía con el programa Silam y el sistema israelí elegido, llamado PULS. Pero en este caso supondría volver a empezar el programa desde el principio.

El tercer gran afectado es el programa e-Lynx, pensado para dotar de radios tácticas al Ejército de Tierra con la última tecnología de protección de las comunicaciones y transmisión de datos. Su suspensión supone que no se podrán suministrar estos equipos a todas las unidades y que, las que aún dispongan de radios antiguas «no hablen el mismo idioma y no puedan ser 100 por 100 interoperables, algo que no se puede permitir un Ejército que debe participar en misiones conjuntas con sus aliados de la OTAN», explican las fuentes consultadas. Los fabricantes nacionales, Aicox y Telefónica, ya buscan soluciones con el proveedor israelí para poder sortear la suspensión del programa. El gran beneficiado, si el programa cae definitivamente, podría ser Indra.

En definitiva, la decisión de Pedro Sánchez de cortar cualquier relación con la industria militar israelí supondrá también una ralentización de programas clave de modernización de las Fuerzas Armadas y, por supuesto, también un sobrecoste económico notable, ya que una parte importante del trabajo hecho hasta ahora quedará en barbecho.