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La improvisación de Sánchez aplaza el embargo de armas a Israel

Los ministerios implicados no estaban prevenidos y tienen que elaborar el decreto

Sánchez tensa la relación con Israel para eclipsar las crisis internas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez efe
Ainhoa Martínez

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La inmediatez del anuncio estrella no suele compadecerse con la burocracia gubernamental. Y menos cuando intervienen varios ministerios implicados. Pedro Sánchez abrió la semana con una sorpresiva declaración institucional en la que avanzó una batería de medidas para «detener el genocidio en Gaza, ... perseguir a sus ejecutores y apoyar a la población palestina». No había terminado la intervención, cuando el propio presidente rebajaba tamaña pretensión y reconocía que estas acciones no bastarían para acabar con la guerra. Su objetivo se limitaría a aumentar la presión sobre Israel y espolear a una apática comunidad internacional, que permanece impasible ante las imágenes de niños muriendo de hambre. Por extensión, y no es baladí, Sánchez volvía a recuperar el control sobre la agenda pública. Un control que perdió en favor de la escena judicial, con la atención mediática apuntando a asuntos menos favorables para el Ejecutivo, como la declaración hoy de su esposa, Begoña Gómez, ante el juez Peinado o la apertura de juicio oral al fiscal general del Estado.

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