Guardiola tirará de Almaraz para robar votantes al PSOE ante un pacto imposible con Vox
El PP convierte la nuclear en eje central de la campaña, convencido de que la posición del PSOE «mata» a Gallardo
Abascal advierte a Guardiola: si necesita sus votos será muy exigente y no habrá abstención gratis
Junts se abstiene y salva la enmienda de las nucleares
Madrid
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Iniciar sesiónEl PP se prepara para convertir la defensa de la central nuclear de Almaraz (Cáceres) en el eje principal de la campaña electoral en Extremadura. Aunque ya estaba llamada a ser una de las grandes banderas políticas de cara a las elecciones del 21 de diciembre ... , el rechazo del PSOE a incorporar una enmienda a la Ley de Movilidad Sostenible que promovieron los populares en el Senado y que apostaba por alargar la vida útil de las nucleares ha agitado de nuevo el tablero. «Parece que quieren matar a [Miguel Ángel] Gallardo definitivamente», resumían dirigentes populares desde el Congreso esta semana cuando vieron que los parlamentarios socialistas extremeños pulsaban el botón rojo –para tumbar la propuesta– mientras su candidato, procesado en el caso del hermano de Pedro Sánchez, seguía defendiendo la continuidad de la central.
Lo que parecía ser una derrota del PP –Junts optó por la abstención y eso era insuficiente para sacarla adelante– parecía haberse convertido en un éxito inexplicable en el grupo parlamentario. Y la clave estaba exclusivamente en Almaraz y Extremadura: «Si yo fuera el candidato y mi partido me hace esto, sinceramente no sé dónde me metería», sentenciaban. «En campaña vamos a explicar muy bien esto, lo que ha pasado, lo que ha hecho el PSOE y lo que defiende el PP», añadían algunos diputados. Este domingo Alberto Núñez Feijóo ya estará, precisamente, en Lobón (Badajoz) en el primer gran acto de la precampaña.
Después de que las empresas propietarias de la central de Almaraz movieran ficha hace unos días para pedir formalmente al Gobierno una prórroga hasta 2030 –paso inexcusable y en el que se parapetaba el Ministerio de Transición Ecológica para decir que el balón no estaba en su tejado– el PP empezó a meter más presión a los socialistas. Si ese visto bueno prosperara se alargaría la vida útil tres años porque el cese de actividad del primer reactor está previsto para noviembre de 2027.
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En el partido de Feijóo creen que la postura de los socialistas en el Congreso es «el golpe final» para un PSOE muy debilitado en esta comunidad, en gran parte por un candidato que irá a juicio en solo unos meses por el escándalo relacionado con David Sánchez. Atraer al votante socialista, también a través de reivindicar Almaraz –la instalación genera 4.000 puestos de trabajo y representa el 5% del PIB regional– para una victoria contundente de Guardiola, puede ser absolutamente esencial. En esta comunidad la animadversión que sienten PP y Vox, según todas las fuentes consultadas de ambos partidos, hace «casi imposible» un acuerdo de investidura.
Hostilidad con Abascal
El partido de Santiago Abascal no tiene ninguna sintonía con la presidenta de la Junta, la interlocución es prácticamente nula y, sobre todo, en la cúpula del partido ven complicado volver a restaurar una relación de confianza. El primer pacto de 2023 ya nació muy tocado después de que Guardiola se negara públicamente a asumir parte de la agenda de su rival a la derecha, amagando incluso con quitarse de en medio o repetir elecciones. «Yo no puedo dejar entrar en Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes deshumanizan a los inmigrantes, ni a los que tiran a una papelera la bandera LGTBI», aseguró la presidenta extremeña.
Negó un pacto que pocos días después terminaría firmado, sin convicción y forzada por circunstancias políticas ajenas a ella, sino de su partido en mitad de la carrera electoral hacia las generales. La digestión de aquello se le atragantó durante bastante tiempo a Guardiola y tardó en recuperar su relación con la dirección nacional. No fue mucho más digerible para Vox: «Lo tenemos todo apuntado. Hay cosas que no olvidamos», reiteran ahora en el núcleo duro de Abascal.
Esa hostilidad mutua lleva al PP extremeño a intentar alcanzar la mayoría absoluta o, como mínimo, acercarse mucho para disminuir su dependencia de Vox. El PP está llamado a ser primera fuerza política en Extrmadura –no lo fue hace dos años y medio, cuando todavía ganó el PSOE– pero en el partido de Abascal ya se anticipan a ese escenario: «Si creen que vamos a aceptar una abstención por esa circunstancia, no han entendido nada», zanjan en la cúpula, llegando a afirmar que estarían dispuestos a ir a una repetición electoral si el PP no admitiera cada una de sus exigencias en caso de necesitar sus votos.
Es la fórmula que Feijóo ha defendido durante mucho tiempo a nivel nacional: si el PP consigue una mayoría suficiente porque la izquierda no tiene suma posible, exigiría a su rival de la extrema derecha permitirle gobernar. En los últimos meses el ascenso de Vox en las encuestas dibuja un escenario distinto. Pero en Extremadura los populares sí asumen que gran parte de su crecimiento vendrá de la bolsa de electores socialistas.
En Bambú —sede nacional de Vox– anticipan que registrarán un crecimiento importante y no creen que el PP pueda lograr la absoluta. «Eso les deja en una posición muy difícil. O le piden al PSOE la abstención o se sientan a negociar con nosotros».
La decisión de Guardiola de convocar elecciones –adelantada por este periódico– fue avalada desde el primer momento por Génova. La presidenta extremeña llevaba semanas advirtiendo de que si no conseguía tener Presupuestos para el año que viene usaría esa prerrogativa para evitar una parálisis económica en su comunidad. Es la decisión que también exige el PP a Sánchez, por lo que en la cúpula conservadora encontraron una manera de exhibir la incoherencia del Gobierno central. «Nuestros presidentes si no tienen Presupuestos, convocan elecciones», decían en el equipo de Feijóo. Está por ver aún qué ocurre en Aragón.
Además de tener un relato favorable, el PP nacional también veía en el caso extremeño una posibilidad de enviar un mensaje a Vox, al poder retratarlo si impide gobernar a Guardiola. En cambio, el partido de Abascal reitera que en este territorio, a diferencia de la Comunidad Valenciana, donde hay sintonía y el acuerdo estaría ya muy cerca, no cederán. Llegarán hasta el final con la negociación y las exigencias –también en materia de inmigración y contra las políticas verdes en defensa del campo–.
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