El PP amplía su recurso de amparo ante el TC para frenar la reforma que busca renovar el tribunal

En ella se adjunta el acta de la reunión de la Mesa de la Comisión de Justicia, donde los letrados de la Cámara Baja dejaron constancia de que las enmiendas de PSOE y Unidas Podemos podrían no tener conexión material ni guardar una «homogeneidad mínima» con la proposición de ley. Y donde el presidente de dicha comisión rechazó la petición del PP de no incluir las enmiendas. Igualmente, el Grupo Popular señala que su petición de amparo se refiere al trámite parlamentario, por lo que el traslado de la ley al Senado, como ocurrirá la semana entrante, no impide actuar al Alto Tribunal. El pleno del TC se reunirá de nuevo el lunes tras haberse aplazado el jueves su reunión plenaria.

Fuentes de la dirección nacional del PP aseguran que están dispuestos a utilizar todas las vías a su alcance, sin descartar ninguna que pueda estar en su mano, para frenar lo que consideran un atropello de graves consecuencias. El propio Feijóo, en declaraciones a los medios el viernes en Valencia, fue claro cuando afirmó que lo que ocurre ahora es más grave que el desafío secesionista en el Parlament y la Generalitat de 2017, porque, explicó el líder de la oposición, «en 2017, en el Parlamento catalán, el PSOE estaba con la Constitución y ayer [por el jueves] el PSOE la abandonó», informa David Maroto.

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Marta Martínez

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Casi a la misma hora, en un acto en el Ateneo de Madrid, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, lanzó un claro mensaje al primer partido de la oposición, pidiéndole que «retire» su recurso ante el TC. Un recurso que también registró Vox (Ciudadanos no puede hacerlo, por no tener suficientes diputados) cuyo líder, Santiago Abascal, se apresuró a contestar en Twitter al ministro, tildando su actitud de «mafiosa» por, a su juicio, amenazar a las víctimas, y afirmando que «en cualquier caso, Vox nunca retirará sus recursos».

Bolaños, que centró su mensaje en el PP, acusó a los de Feijóo de haber ido «demasiado lejos» y de estar «tensionando las instituciones democráticas». El hombre fuerte de La Moncloa afirmó que «están tensionando el Congreso, el Senado y el TC, retorciendo la ley, con un recurso que pretende que ocurra algo que no ha ocurrido en cuarenta y cuatro años de democracia y que no ocurre en ningún país democrático del mundo, y es que se pare una votación democrática de un Parlamento democrático».

El titular de la Presidencia llegó a afirmar que les solicita a los populares la retirada porque «es impredecible ese recurso, no quiero ni pensar las consecuencias que tendría ese recurso para la democracia, si al final ese recurso fuera estimado», señaló.

En el PP desoyen sus palabras y se mantienen expectantes ante lo que resuelva el TC el lunes, después de haber solicitado en el pleno del jueves que no se llevase a cabo la votación, recibiendo la negativa por parte de la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet. El Grupo que lidera Cuca Gamarra ni siquiera votó las enmiendas de los grupos del Gobierno, como tampoco hizo Cs. Sin embargo, los diputados populares permanecieron en sus escaños durante toda la sesión, y decidieron no secundar el plante que sí efectuaron los naranjas, cuya líder, Inés Arrimadas, les había informado previamente de ello, animándoles a marcharse de manera conjunta.

En el cruce de acusaciones entre el Ejecutivo y el primer partido de la oposición se repiten frases y términos idénticos. En Génova también dicen que se ha llegado «demasiado lejos», sobre todo en referencia a las palabras desde Bruselas de Sánchez, el mismo día del pleno, cuando habló de un «complot de la derecha y de la extrema derecha» y avaló las palabras del diputado Felipe Sicilia, quien comparó al centro-derecha con los golpistas «con tricornio» del 23-F.

En la cúpula del PP, según las fuentes consultadas, se cree que el jefe del Gobierno ha entrado en una peligrosa espiral declarativa que se resumiría, algo coloquialmente, en que «o sanchismo o fachas». Todo ello después de que Sánchez subrayase que «de todo lo que hemos vivido hoy [por el jueves] en el TC y en el Congreso, hay una conclusión que tenemos que extraer: la democracia prevalecerá».

Por otra parte, y en la línea de las promesas de Feijóo, que se ha comprometido a que en 2024 –cuando aspira a llegar al Gobierno, tras las elecciones generales de diciembre de 2023– la sedición vuelva a ser un delito en el Código Penal y la malversación recupere las penas con las que se castiga antes de su reforma pactada con ERC, los populares están convencidos de que el actual «atropello» será enmendado por la vía de impugnación iniciada o, más tarde, por la política. «O lo arreglan los jueces, o lo hará Feijóo» concluyen.

El equipo jurídico de Génova estudia los escenarios que se pueden abrir a partir del próximo lunes, cuando se reúne de nuevo el pleno del TC, y antes de que la reforma del Código Penal, como es preceptivo en circunstancias normales, se remita al Senado para su aprobación.