Podemos busca relanzar a Irene Montero y la propone como candidata a las europeas de 2024

«Quiero pedirle a Irene Montero, una militante extraordinaria, que sea nuestra candidata a las elecciones europeas si así lo decide la militancia», señaló la secretaria general ante el aplauso general. Medio centenar de personas que llenaron la sala principal de los cines del Palacio de la Prensa, en Madrid, y que comenzaron a corear el «sí se puede» mientras las dos caras visibles del partido se abrazaban en el escenario. Unidad escenificada en una imagen, con las banderas moradas al viento. Un pequeño baño de masas para comenzar su andadura alejados de Sumar.

No hubo muchos reproches para la formación de Yolanda Díaz y sí muchas referencias al pasado. A recoger la esencia que le llevó hasta el Gobierno de España. «Lo hicimos una vez y podemos volver a hacerlo. Nos hemos enfrentado a durísimos ataques y hemos sido útiles para España y queremos serlo también en la próxima década. Ese es el objetivo que nos marcamos hoy», apuntó Belarra.

Su discurso fue un repaso por la historia del partido desde su nacimiento hasta su implosión tras la salida del Ejecutivo. Marcando los objetivos del nuevo curso, entre ellos el refuerzo de los territorios. «No hemos llegado a tiempo a la implantación territorial y llevaremos adelante la renovación de las direcciones territoriales que están pendientes», señaló, al tiempo que pidió valentía para afrontar un camino incierto.

En él estará Irene Montero, reforzada en su papel de número dos y propuesta como candidata para las elecciones europeas de junio de 2024. «Hacemos un buen equipo querida Ione. Te doy las gracias por confiar en mí hoy y siempre y te respondo que sí. Me presentaré a las primarias de Podemos para ser la candidata a las europeas», dijo Montero, en cuyo discurso quedó reflejado el resquemor de los últimos tiempos. «Hemos acumulado heridas y necesitamos curarlas para volver a intentarlo. Los objetivos merecen la pena», dijo.

Antes de entrar al acto, ambas tuvieron que calmar los ánimos de la gente que se había quedado fuera. Medio centenar de personas que no pudieron acceder y las que se prometió buscar un lugar más grande en la próxima ocasión. Si no lo hicieron esta vez fue porque no esperaban tanto apoyo, sorprendidos en la organización por la cantidad de gente que se acercó hasta el epicentro de la Navidad madrileña para apoyarles.