De no «tirar cohetes» al «comedor social»; viaje a las perlas del debate de la nación

2. Ni la Roja ha unido a los políticos, pero sí lo hacen sus miradas continuas a las encuestas de opinión. Niegan la mayor pero es cosecha también del jefe del Ejecutivo la frase cargada de ironía confesándole al líder de la oposición: «Sé perfectamente que he perdido confianza en estos dos años; pero... ¡ni que usted estuviera para echar cohetes en las encuestas!». [ Ver vídeo ]

3. Pero el líder de la oposición tampoco se quedó corto y también soltó por su boca alguna de esas lapidarias enunciaciones que repiquetean en la mente de todos. Rajoy tomó la palabra en su turno de réplica del miércoles por la tarde reclamando austeridad en el gasto público y reformas estructurales. Para ir calentando el ambiente, ha recordado una por una las palabras de Zapatero incumplidas: «Para salir de la recesión no se puede hacer demagogia de si se gasta más o menos». Esta perla es «una frase que pide mármol», dijo Rajoy.

4. En los trabalenguas que acostumbra, como buen gallego, el presidente nacional del PP aún se «quedó» más con el personal al soltar: «El señor Rodríguez Zapatero condena la conducta del señor Rodríguez Zapatero y se dispone generosamente a salvarnos del señor Rodríguez Zapatero. ¿Cómo se entiende que sea usted quien nos proteja de usted mismo, y sea usted quien nos garantice que usted no va a perjudicarnos más?». ¿Entendible? No sabemos, pero suscitó más de un comentario en la Cámara Baja. [ Ver vídeo ] 5. También forma parte del ránking de las mejores frases escuchadas durante estas escasas 24 horas de sesión en el hemiciclo la del jefe de las filas populares, invocando al presidente del Gobierno a no cambiar a sus ministros. Desmontó a más de uno, pero entonces, Rajoy añadió: «No cambie a sus ministros, porque ¿de qué sirve cambiar a la peana y seguir con el mismo santo?». Y acabó añadiendo un consejo para los socialistas que no aciertan a vislumbrar la crisis: «Visiten un comedor de ayuda social , yo lo hice, señorías». [ Ver vídeo ]

6. Zapatero le reprendió parafraseando a uno de sus más memorables líderes: John Fitzgerald Kennedy. Primero acusó a Rajoy de haber «echado cuentas» y de que ya no le parezca al líder del PP «tan interesante cabalgar sobre el anticatalanismo, ahora sólo le interesa cabalgar sobre la crisis» , por lo que añadió: «Usted, señor Rajoy, no se ha preguntado qué puede hacer usted por la crisis, sino qué puede hacer la crisis por usted».

7. Los partidos catalanes también soltaron lastre en la tarima parlamentaria ante Rodríguez Zapatero. Durán i Lleida catalogó la sentencia como «el acto más separador de los últimos 35 años . Y publicarla la víspera de la manifestación en Barcelona, la provocación más torpe que se puede practicar». [ Ver vídeo ]

8. Y Joan Ridao, portavoz de ERC, le soltó al presidente del Gobierno un símil automovilístico: « A usted se le ha quemado el embrague de hacer tanta marcha atrás. Empezó como un bravo Sant Jordi -en alusión al Palau donde Zapatero profirió a los cuatro vientos que apoyaría sin fisuras el texto que saliese del Parlamento catalán- y ha acabado como un escurridizo Poncio Pilato lavándose las manos y clausurando el Estado autonómico». [ Ver vídeo ]

9. Rosa Díez , otrora socialista y hoy única diputada pro el partido Unión, Progreso y Democracia (UPyD), ha sido fiel a su estilo vehemente, tratando de arrebolar al presidente de sus antiguos colores. No ha ido por el fútbol, sino por la bandera nacional. La diputada venía acusando a Zapatero de estimular el desacato de José Montilla a las sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut intentando desarrollar por otras vías los artículos inconstitucionales del texto normativo. «Pura corrupción política de las instituciones», ha cargado las tintas Díez, que ha completado dándole al presidente del lado de uno de los líderes que más le duelen en el fuero interno: « ¿Se imagina usted a Obama avalando al gobernador de un Estado que llama al desacato de la sentencia del Supremo de Estados Unidos?». [ Ver vídeo ]

10. Así que el jefe del Gobierno se ha visto impelido a contestar. Y lo ha hecho, rimbombante, retórico, reivindicando que la nación también «es la expresión de un sentimiento» que carece de valor jurídico . Ha completado la perorata nacional: «Lo dijera o no el Tribunal Constitucional, son hechos. Sucede y hay ciudadanos que consideran en alguna parte de España que su comunidad responde a esa característica. Les podemos tapar la boca, pero, como en democracia no se puede hacer , tenemos que respetar y limitar jurídicamente su posición»