La ministra Pilar Llop se enfrenta a la mayor ola reivindicativa del ámbito judicial

La ministra de Justicia, Pilar Llop, afronta la etapa más convulsa de su mandato, que también lo es de los últimos lustros en los tribunales, maltratados sistemáticamente por el poder político, sobrecargados tras la pandemia y atacados por el actual Ejecutivo con leyes como la que ha maniatado al Poder Judicial impidiéndole hacer nombramientos y cubrir así las plazas vacantes.

Cansados de lo que entienden como abandono, ninguneo e incumplimiento de promesas, jueces, fiscales, abogados y funcionarios plantan cara a la ministra y exigen, entre otras cuestiones, lo que los LAJ han conseguido a través de la medida de presión más drástica: la huelga. Los colectivos coinciden en que, a la vista de los nulos resultados que ha dado reivindicar por las buenas que se dignifique su profesión, esta parece ser la única medida que surte algún tipo de efecto en el Gobierno. Los hechos así lo ratifican porque sólo cuando Justicia se dio cuenta de que los LAJ iban en serio se les convocó para negociar. Lo mismo sucedió con los funcionarios de Justicia: el ministerio les llamó cuando empezaron a apretar con su calendario de movilizaciones, más drásticas ahora tras haber fracasado el segundo encuentro con los representantes del ministerio. Lo que hará Llop ahora con los jueces y fiscales está por ver: este miércoles día 3, cuando se ha convocado la mesa de retribuciones, es clave para concretar si mantienen el órdago a Justicia y hacen huelga indefinida a partir del 16 de mayo. Por lo pronto, el viernes ya formalizaron una convocatoria de huelga en la que instan a que se vayan fijando los servicios mínimos.

Entretanto los abogados del turno de oficio, los que atienden a ciudadanos sin recursos y a aquéllos que, teniéndolos, pueden precisar sus servicios en un momento dado, han alzado la voz y reclaman también que se dignifique su profesión revisando unos baremos del todo desfasados.

La Justicia está en guerra y en el centro de la polémica, Pilar Llop, que, lejos de involucrarse personalmente en las negociaciones, ha caldeado los ánimos de todos los colectivos al dejarse ver, trajeada para la ocasión, por la Feria de Abril mientras ese día a un ciudadano cualquiera se le comunicaba que ese juicio que estaba esperando se suspendía por la huelga de funcionarios.