Malabares del PSOE con el leonesismo

Se trata del alcalde de la capital leonesa, José Antonio Diez, un político temperamental y rebelde que en alguna ocasión ha amagado incluso con dejar el partido y formar una candidatura propia ante los movimientos en su contra por parte del secretario provincial de la formación, el también diputado nacional Javier Alfonso Cendón, al que le 'une' una pésima relación.

Si fue Diez quien hizo de la reivindicación leonesista su bandera para llegar hasta la alcaldía -lo comenzó todo al asumir e impulsar la iniciativa de UPL para constituir una nueva autonomía conformada por las provincias de León, Zamora y Salamanca y que ahora él mismo reconoce que es «una vía muerta»-, cuatro años y medio después ha sido Cendón el que ha vuelto a poner esta insólita petición de moda.

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J. M. A.

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Y no lo ha hecho por un deseo irrefrenable y repentino de salirse de su comunidad sino básicamente por la obligación de tener que cumplir con uno de los acuerdos firmados con la formación leonesista para que los socialistas pudieran liderar la veterana institución provincial pese a que el PP obtuvo más diputados.

En palabras del portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo (PP), que ni ve en riesgo la comunidad ni se toma muy en serio la votación del miércoles, lo sucedido se resume en «el pago al precio político entre perdedores» al estilo de lo que «con frecuencia ocurre en el Gobierno de España y en el Congreso de los Diputados».

Las posturas de los dos socialistas leoneses citados ejemplifican bien lo surrealista de esta situación. Y es que el regidor no olvida el «duro» correctivo que recibió en su día de Ferraz y de la dirección autonómica del PSOE en contra de la iniciativa que Diez admite que «no tiene ningún respaldo ni en Zamora ni en Salamanca» pese a que la votó. Tras lanzar en medio de este 'juego' un nuevo órdago para que la 'nueva comunidad' sea León sólo «o con Asturias, si ellos quieren», se sorprende de que hasta el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, haya visto ahora como «legítima» la supuesta pretensión de la Diputación. De hecho, y no sin ironía, aseguró que le interesa «muchísimo» saber «qué pasos» va a dar su partido, incluido «el secretario general» y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Con similar desconcierto y en un comunicado que denota malestar y desánimo, el secretario autonómico del PSCL, Luis Tudanca -cada vez más arrinconado en su formación-, añadía más 'salsa' al asunto. No sólo enumeraba de forma irónica las hasta cinco opciones distintas planteadas por socialistas leoneses en las últimas semanas para separarse de Castilla y León, sino que tras afirmar que «cuando uno abre una puerta, debería saber dónde conduce», se llegaba a cuestionar si lo que se quiere es «engañar y frustrar» a los leoneses. Eso sí, al igual que el regidor, consideró que es el Gobierno-Ferraz el que al considerar «legítima» la iniciativa «ha abierto el camino» avisando de que «si se reinicia el estado autonómico, seguro que otros se sumarán».

Quizás ese apoyo inicial llegado desde Madrid tenga que ver con que Cendón esté muy bien relacionado con Sánchez y su entorno -y a la vez, totalmente enfrentado a Tudanca-. En todo caso, tras sacar adelante la llamativa moción, no ha tardado en rebajar cualquier expectativa aduciendo que «no es que León quiera irse» y que su partido tiene un proyecto «sólido y de futuro» para Castilla y León reconociendo implícitamente que sus diputados han apoyado la división sin creer en esa ruptura. Casi a la vez tanto desde el PSOE de Salamanca como el de Zamora se pronunciaban para rechazar cualquier iniciativa de este tipo que vincule a sus provincias y criticaban a sus compañeros de León: «Que no decidan por nosotros, que ya somos mayorcitos».

Los posicionamientos más o menos interesados de parte del socialismo leonés -que considera, no sin equivocarse, que desgastar a la Junta, donde el PP gobierna hace 40 años, les da votos en 'casa'- han enaltecido de una manera u otra el sentimiento de agravio entre parte de su sociedad. Más allá de las evidentes dificultades de la provincia especialmente vinculadas con el empleo y la despoblación y de que León tiene, además, un pasado histórico como reino que también le han llevado a rebelarse desde hace años contra el «centralismo» que ven en Valladolid, lo cierto es que política y jurídicamente la moción pensada por UPL y que se ha aprobado en unos 60 municipios -con apoyos también de ediles del PP e incluso de Vox- no tiene ningún viso de avanzar.

En cualquier caso, las contradicciones internas -también las hay en los otros partidos de León- no dejan de producirse. Sólo en la sesión del miércoles dos diputados socialistas que dieron el 'sí', habían votado en su día en contra de la misma iniciativa cuando a la dirección provincial -quizás por no dar alas al alcalde capitalino- no le convenía. Otros, como el propio presidente de la institución, el berciano Gerardo Álvarez Courel, crítico con la propuesta que ahora ha apoyado, se animaba el viernes a asegurar que El Bierzo pasaría a ser una provincia distinta a la de León en ese futuro distópico. ¿Malabarismo político rentable o simple prestidigitación?