El trinitario que sufrió una paliza por querer dejar la banda latina

En el Centro de Ayuda Cristiano, desde hace un año, Rafael Yossías venía recibiendo ayuda del grupo Fuerza Joven, pues quería abandonar la organización criminal. Este centro es un lugar donde los pandilleros que intentan cambiar el rumbo de sus vidas logran la reinserción a través de la oración.

En el caso de Rafael, había dejado las drogas y encontrado un trabajo; también, participaba en clases de teatro. Incluso, según fuentes del Centro de Ayuda Cristiano, daba charlas a chavales por las calles y repartía folletos en las bocas de Metro del distrito de Ciudad Lineal para evitar que cayeran en el pozo de la delincuencia.

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El pasado verano, a través del centro encontró un empleo en una empresa de cableado; sin embargo, sus anteriores compañeros de filas quisieron acabar con él por 'desertar', y le propinaron una brutal paliza. Rafael Yossías no quiso denunciar y ni siquiera ir al hospital, por lo que, debido al absentismo a causa de las heridas, perdió su trabajo.

Su entorno, explican a ABC, no tenía vivienda fija; procede de una familia desestructurada y no quería volver a un piso okupado, pues sabía que sería regresar a una vida que ahora ha consagrado a la fe.

Este martes, sobre las siete menos diez de la tarde, se produjo un accidente entre dos vehículos en la intersección de la calle de Florencio García con la de Virgen de Lluc, al saltarse un conductor un ceda el paso. Los agentes que acudieron al lugar observaron a dos jóvenes cerca del siniestro que, al darse cuenta de que estaba allí la Policía Municipal, dieron media vuelta con actitud sospechosa.

Les identificaron y uno de ellos resultó ser Rafael, el mencionado trinitario arrepentido, al que constaban 17 reseñas por tentativa de homicidio, lesiones y contra la salud pública, entre otros. Además, tiene tres requisitorias: dos de detención y presentación, ambas por lesiones, por los juzgados de lo Penal número 28 de Parla y de Instrucción número 2 de Madrid; y una tercera de detención e ingreso en prisión del juzgado de lo Penal 12 de Madrid por quebrantamiento de condena.

Uno de los policías municipales lo reconoció como presunto miembro de la cúpula de los Trinitarios en el 'coro' (grupo territorial) de este distrito y procedió a su detención.