La portavoz del Ayuntamiento de Madrid y delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, señaló este martes que las bandas juveniles son competencia de la Policía Nacional, pero constató que son un «problema gravísimo» existente en la ciudad de Madrid y que «hay que ... atajar desde el primer minuto».
Estas declaraciones coinciden con la publicación del tercer Observatorio de Bandas Latinas en la Comunidad de Madrid realizado por el Centro de Ayuda Cristiano, que ofrece los resultados de una encuesta encargada a GAD3 realizada a 130 centros concertados, 108 públicos y 25 privados de 22 municipios de la Comunidad de Madrid incluyendo 16 distritos de Madrid ciudad, y que arroja un resultado preocupante: 1 de cada 3 profesores tienen en sus centros miembros de bandas latinas.
La primera conclusión significativa de la encuesta de GAD3 es que «1 de cada 3 padres de adolescentes y profesores considera que las bandas latinas son la principal amenaza que sus hijos y alumnos pueden encontrar en sus centros de estudio y barrios, muy por encima de la venta de drogas, la inseguridad ciudadana, los locales de apuestas y juego, y el vandalismo adolescente».
También llama la atención que un 10% de los profesores relacione a las bandas latinas con la prostitución. Este fenómeno ya había sido detectado por el Centro de Ayuda Cristiano, que en los últimos tiempos ha tenido que implementar programas específicos de reinserción para chicas jóvenes que se iniciaron en la prostitución precisamente al poco de entrar en bandas juveniles al tener que aportar recursos económicos para sufragar las necesidades de la banda.
Tanto padres como profesores relacionan las bandas latinas con peleas y reyertas, venta de drogas, robos, grupos en parques, tráfico de armas, ocio nocturno y hasta grupos de baile. Destaca también el reconocimiento por 1 de cada 3 profesores de tener en sus centros miembros de bandas latinas, principalmente de los Trinitarios y los DDP (Dominican Don't Play).
Por otro lado, 3 de cada 4 padres y 9 de cada 10 profesores consideran que esta problemática ha aumentado en sus barrios y centros de estudio en los últimos años: 88% mucho y bastante y 74% afirman que puede suponer una amenaza en el futuro. Del estudio se desprende, además, que los profesores subrayan el sentido de pertenencia al grupo, la exclusión social, la falta de expectativas vitales, el absentismo o fracaso escolar como causas del alistamiento a las bandas latinas.
También es relevante en esta investigación que «8 de cada 10 profesores afirma que sus alumnos o alguien de su entorno ha tenido contactos con bandas latinas, y 1 de cada 3 profesores ha recibido petición de ayuda por parte de adolescentes sobre este tema. También destaca el hecho de que un 25% de los profesores no sabría a quién acudir si sus alumnos tuvieran problemas con las bandas, aparte de llamar a la policía».
En la citada encuesta, se explica que «un 89% de los padres y un 81% de los profesores ven necesario la organización de charlas y testimonios de expandilleros en sus centros de enseñanza, además de la elaboración de estrategias integrales en los barrios, así como el endurecimiento del régimen de los Centros de Menores».
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