Robos de 'guante sucio' contra los coches aparcados en la calle: catalizadores, ruedas y hasta baterías de la flota eléctrica de alquiler
La policía estrecha el cerco a los grupos de ladrones dedicados a sustraer piezas por encargo o al peso
Una de las últimas detenidas por el robo de baterías eléctricas; a la dcha., diversos catalizadores incautados a un grupo de ladrones y un coche sin las cuatro ruedas
Ruedas, catalizadores, volantes y ahora baterías de la flota eléctrica de alquiler. El robo de piezas en vehículos no cesa en una región, la madrileña, que en 2021 alcanzó las 3,6 millones de matriculaciones. Los ladrones son conscientes de que buena parte de ... este parque automovilístico duerme en la calle, por lo que suelen esperar a que caiga el sol para cometer este tipo de ilícitos. Las fuerzas y cuerpos de seguridad vuelcan esfuerzos para combatir la actividad de los rateros, quienes, dependiendo del objeto afanado, suelen actuar por encargo o al peso para vender después la mercancía en las llamadas chatarrerías 'fantasma'.
Sin ir más lejos, la madrugada del sábado al domingo la Policía Municipal detuvo a dos hombres, de 52 y 37 años, y a una mujer, de 57, por sustraer las baterías de varias motocicletas de alquiler de la empresa Acciona. Fue la propia compañía la que dio aviso al 091 después de que su sistema de seguridad detectara que algunas de sus motos estaban siendo manipuladas en el distrito de Ciudad Lineal. Los agentes acudieron a la confluencia entre la avenida de Brasilia y la plaza de Venecia y observaron a tres individuos subidos a un turismo en actitud sospechosa.
Tras darles el alto, los uniformados procedieron a registrar el interior y descubrieron las baterías ocultas bajo una manta. Cada una de ellas está valorada en 1.700 euros, un suculento negocio que habría afectado en los últimos seis meses a más de 300 motos solo del servicio de Acciona. Entre marzo y noviembre, según cifraba la empresa semanas atrás, las pérdidas alcanzaron los casi 700.000 euros. Dado su alto valor, los robos de baterías de iones de litio se realizan normalmente a la carta.
A esta nueva modalidad se une también otra de las clásicas: el hurto de catalizadores. Precisamente, la Policía Nacional arrestó el 30 de noviembre a dos individuos, de 22 y 20 años, que llegaron a arrancar esa noche seis de estas piezas. La intervención se produjo en la avenida del Talgo, muy cerca de la estación de tren de Aravaca, en el marco de un dispositivo contra esta actividad delictiva. Los agentes vieron cómo un coche incrementaba la velocidad al percatarse de su presencia. Al ser interceptado, comprobaron que los dos ocupantes tenían manchas de óxido en las manos y cara, lo que desencadenó el posterior registro.
Dentro, se encontraron hasta seis catalizadores, cuyo valor en conjunto podría llegar hasta los 1.800 euros (cada uno de ellos tiene un precio en el mercado negro de entre 100 y 300 euros). También fueron incautados un cortatubos de escape y un gato elevador, entre otras herramientas. Conscientes de que los habían pillado con las manos en la masa, los policías realizaron una batida por la zona y lograron detectar los turismos a los cuales les faltaba esta pieza. Los dos sujetos fueron detenidos por un presunto delito contra el patrimonio, siendo el más joven el que acumulaba una decena de reseñas de índole similar.
Los ladrones buscan en los catalizadores la obtención de metales como platino, paladio y rodio, impregnados en un panel de cerámica a fin de que los gases más contaminantes acaben en la atmósfera. Para evitar averías desorbitadas, los expertos recomiendan aparcar en lugares iluminados y transitados (siempre que no sea posible hacerlo en garaje). Marcar el catalizador con la matrícula, con el número VIN (identificador) o con una pintura especial también sirve para dificultar su posterior venta.
Las citadas señales facilitan la labor a los investigadores en caso de ser denunciada una sustracción, pero si se quiere prevenir el saqueo, lo mejor es instalar en un taller una plancha inferior protectora. Este elemento, que no impide al cien por cien el robo, sirve para obstaculizar e incluso disuadir la rápida acción de los malhechores.
Ladrillos en los bajos
Las ruedas son otros de los objetivos más cotizados. A mediados de noviembre, un vehículo de gama media-alta amanecía sin ellas en la calle de Sepúlveda. Los amigos de lo ajeno colocaron dos grandes piedras en los bajos para evitar que este cayera a plomo y pudiera despertar al vecindario más cercano. Este método, no por rudimentario, ha dejado de perder efectividad. Normalmente, los delincuentes aprovechan enclaves retirados, como el entorno del lago de la Casa de campo, para llevar a buen puerto sus intenciones. Los garajes sin vigilantes ni cámaras de seguridad también son el objetivo de los grupos especializados, que trabajan casi en su totalidad por encargo.
El 'modus operandi' incluye tareas de vigilancia, acceso a los aparcamientos de madrugada y vehículos seleccionados de antemano. Al igual que las planchas en los catalizadores, colocar a las ruedas los tornillos antirrobo resulta esencial para demorar las calculadas acciones de los amigos de lo ajeno. Y más allá de estos elementos, conviene no dejar objetos a la vista en el interior del coche. Las gafas de sol o los dispositivos acoplados como la radio o el GPS son casi siempre los más codiciados.