Los 'riders' que ocultaban pastillas de MDMA en botes de chicles

La investigación iniciada en mayo de 2024 acabó con el registro en noviembre de tres viviendas en Puente de Vallecas y Villaverde en las que residían estos individuos, de entre 22 y 26 años, y donde elaboraban las sustancias estupefacientes. En total, los agentes consiguieron intervenir más de 24.000 pastillas de MDMA, más de un kilo de MDMA en roca, entre otras drogas, así como la máquina «entabletadora» con la que elaboraban las pastillas que luego comercializaba tanto dentro como fuera del territorio nacional. La banda criminal distribuía estas drogas, que importaba desde Holanda, a Argentina, Venezuela y Estados Unidos, ya que al tratarse de sustancias sintéticas es más sencillo obtenerlas aquí.

Los detenidos, de los cuales ocho ya están en prisión, vaciaban los botes de chicles y los paquetes de galletas, golosinas y cereales, para después llenarlos de estas drogas, cerrarlos con cuidado y enviarlos a través de diferentes empresas de paquetería utilizando identidades falsas. Según consta a Policía Nacional, realizaron cuatro pedidos que rondaban, en total, los siete kilos de sustancia estupefaciente. Todos tenían como destinatarios a a personas en concreto.

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Carlos Hidalgo

«Todo estaba perfectamente cerrado. La anilla de seguridad, que determinaba si está abierto o cerrado, estaba en su lugar. Para ello lo que utilizaban es algo sencillo pero llamativo: calentaban por completo el bote para que se dilatasen los plásticos y procedían a la apertura completa del paquete», señala el inspector jefe Francisco González, jefe de la sección de crimen organizado de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Madrid.

Sin embargo, estos envíos no solo se hacían al extranjero. A nivel nacional, estos individuos, que camuflaban esta actividad delictiva con un trabajo como repartidores de comida, se dedicaban a la venta directa de estas drogas recreativas en fiestas. «Tenían sus clientes y les facilitaban la sustancia que querían», detalla el inspector jefe.

Los registros se llevaron a cabo en los domicilios de los detenidos, donde también se encargaban de 'cocinar' ellos mismos estas sustancias estupefacientes. En las tres viviendas a las que los agentes accedieron había todos los útiles necesarios para la preparación, manipulación y envasado de estas drogas. Esta banda criminal hacía uso de una máquina «entabletadora», que se utiliza al final del proceso, para elaborar las pastillas. «Todo el producto que van elaborando en batidoras y en molinillos, se mete por la parte de arriba, entra en el mecanismo, donde se producen estas pastillas», explica Francisco González.

Aunque actualmente estos aparatos resulten difíciles de conseguir, cada vez se está haciendo un poco más sencillo. Las que utilizan estos delincuentes no son máquinas nuevas ya que hay laboratorios que se deshacen de ellas al no darles uso.

Durante estos registros, además de MDMA, se encontraron más de 800 gramos de 'tusi', más de 100 gramos de ketamina, 26 gramos de ketamina y 44 de marihuana. También se localizaron dos armas de fuego, diversa munición, dinero en efectivo, dos teléfonos móviles, dos motocicletas, un reloj de alta gama así como numerosa documentación con anotaciones de la actividad ilícita desarrollada.