Oleada de robos en los olivares: la Comunidad de Madrid ayudará con 100 euros por hectárea a los agricultores
Los empresarios del campo tendrán que acreditar el origen de la aceituna que transporten
Un agricultor varea un olivo en Villarejo de Salvanés
El campo de Madrid sufre una oleada de robos que mantiene en alerta a los agricultores. El epicentro se sitúa en la comarca de Las Vegas y el objetivo de los amigos de lo ajeno no es otro que hacerse con la máxima cantidad ... posible de olivas, en plena temporada de recolecta, ante el aumento del precio que sufre este fruto como consecuencia también del alza del coste del aceite. Para proteger las cosechas y tratar de paliar el clima de inseguridad, los olivareros recibirán cien euros por hectárea, gracias a una línea de ayudas directa que la Comunidad de Madrid aprobará en el segundo semestre del año.
La cuantía la cobrarán todos los empresarios que posean olivares, tanto si han padecido robos como si no. «Es una ayuda que se contempla en el Programa de Desarrollo Rural (PDR) de la Comunidad de Madrid para los años 2023/2027 y para todos los olivares tradicionales», explica a este diario Francisco José García, presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Madrid (Asaja), que ayer mantuvo una reunión con Paloma Martín, consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, y Enrique López, responsable de Presidencia, Justicia e Interior, para analizar la oleada de hurtos que se está produciendo en las explotaciones de oliva, tal y como publicó ABC.
En la región existen 30.000 hectáreas de cultivo de aceitunas, es decir, el 1,2% de la superficie nacional y se localizan en 97 municipios madrileños, fundamentalmente en la zona sur, con la Campiña y Las Vegas como sede de las cosechas. Los saqueos, denunciados ante la Guardia Civil, se suceden en los pueblos de Estremera, Brea de Tajo, Valdaracete, Villarejo de Salvanés, Fuentidueña de Tajo y Villamanrique de Tajo.
Otra de las medidas que se pondrá en marcha para tratar de poner fin a los asaltos, y tal vez la más importante –en palabras de García–, es la obligatoriedad de redactar un documento que acredite el origen de la aceituna transportada desde que se recoge hasta que se deposita en una explotación para su almacenamiento. Así, se podrá verificar la procedencia y destino de la oliva.
«Es un documento de acompañamiento a la mercancía en el transporte. Esto ya existe en otras comunidades, como Andalucía y Extremadura, y se hizo para que disminuyesen los robos. Hemos pedido que se implante también en la comunidad«, explica el presidente de Asaja. Hasta ahora, los agricultores solo estaban obligados a ejecutar un cuaderno de campo que recogiese la trazabilidad. Ahora, se da un paso más allá para evitar esa suerte de mercado negro que puede formarse con los asaltos de aceitunas.
La de ayer no es la única reunión que se llevará a cabo para intentar solucionar esta problemática. El martes está previsto un encuentro entre la Comunidad de Madrid, Asaja y la Guardia Civil para abordar la situación. En él, los representantes de los agricultores solicitarán que se refuercen los equipos ROCA, agentes especializados en los robos de las explotaciones agrícolas y ganaderas. «En la Comunidad de Madrid este equipo es muy pequeño. Se pedirá a Delegación del Gobierno que se amplíe, porque a día de hoy no está implantado en toda la región, sino solo en Las Vegas. Pediremos que, a nivel de agricultura y ganadería, puedan actuar en toda la comunidad», cuenta García, que también estudia reclamar que se instalen cámaras en caminos y parcelas para poder grabar a los ladrones y que sea más sencilla su identificación.
Supervivencia económica
«La administración autonómica carece de competencias en materia de seguridad, por lo que pedimos a Delegación del Gobierno que actúe de inmediato con soluciones ágiles y eficaces que garanticen a los agricultores madrileños que sus explotaciones agrarias están protegidas«, dice el consejero Enrique López: »Nos encontramos ante un problema que puede poner en riesgo la supervivencia económica de muchas familias que viven del campo«.
Según las denuncias a las que este diario ha tenido acceso, hay casos en los que han robado hasta 25.000 kilogramos de aceituna, es decir, casi 25.000 euros, puesto que el kilo llega a rondar el euro en las almazaras, cuando hace un año era de aproximadamente 58 céntimos. «Tenemos claro que un campo vivo es esencial para garantizar el suministro de alimentos, la preservación de nuestro patrimonio natural, la prevención de incendios forestales y la vertebración del territorio», afirma, por su parte, Paloma Martín. Los agricultores confían en, entre todos, conseguir vencer a los rateros que se cuelan cada día en los campos.