Ajedrez callejero en Madrid para poner en jaque la exclusión

En una época en la que los juegos se relacionan con los mandos, las teclas y cuatro paredes, rincones como La Cabaña, en pleno pulmón de Madrid, hacen posible que al aire libre y casi autodidactamente gente de todas las edades encuentren entretenimiento en el ajedrez. Pedro Criado, presidente de la Asociación Amigos del Retiro, junto a Pablo Manresca, su secretario general, mantienen cada día en orden el rincón situado tras el Palacio de Cristal para que cientos de personas puedan disfrutar de una partida.

Entre estos se encuentra Pedro Benítez, un competidor de ajedrez de las divisiones más altas, que se topó con La Cabaña en sus primeros años de vida cuando su padre le acercaba al parque. Ahora, con 25, continúa asistiendo habitualmente al rincón de El Retiro, que reúne a maestros, a completos amateurs del ajedrez y a cualquiera que se encuentre paseando por el parque.

También deciden pasar su tiempo libre en La Cabaña profesionales como Iván Vallés, acreditado como uno de los grandes maestros, que lleva visitando el lugar desde hace más de 20 años y ha vivido las distintas etapas por las que ha pasado la asociación. Desde la llegada de la nueva directiva, se ha dejado aparte el descontrol anterior para crear una comunidad que acoge «con los brazos abiertos» a cualquiera.

«Para muchos», destaca Criado, «es una opción de vida social». La palabra 'inclusión' ha sido la gran mencionada por parte de aquellos que un domingo a las 19.30 de la tarde en plena ola de calor se encontraban tratando de batir a su rival en una minutada partida.

Aunque no solo son los jugadores de ajedrez los que disfrutan del espacio escondido en el corazón del Parque de El Retiro. Justo, originario de Senegal y Guinea Ecuatorial, pinta emociones en una esquina de La Cabaña al ritmo de jazz y de las pegadizas carcajadas. «Aunque no juegue, me gusta la paz que transmite», explica el artista que se encontró por primera vez con la asociación hace apenas 6 meses y que ahora es se ha convertido en su sitio habitual de trabajo.

Reyes, reinas, torres, caballos, peones y alfiles se encuentran perfectamente colocados en el local de Pedro Vicente, donde cada día se suman cafés y partidas. «Si me tocase el euromillón montaría una escuela», este era el sueño del fundador de 'Ajedrez con cabeza', que aunque no ganara la lotería, dejó su trabajo en una multinacional como abogado para luchar por jubilarse habiendo trabajado en algo que realmente quería hacer.

Guillermo Cabeza, amigo de Vicente y con el que pasaba los días jugando, dio nombre al local que cuatro años después de su fundación ha tenido que trasladarse a un espacio más grande ante el éxito conseguido.

'Ajedrez con cabeza' no se encuentra al aire libre, pero una enorme vitrina hace visible todo el interior. Aunque decenas de viandantes se paran ante el enorme ventanal atraídos por la concentración de los jugadores, la idea de Vicente es llenar el trozo de acera que le corresponde de mesas, sillas, tableros y fichas.

Esta no sería la primera vez que el fundador de esta escuela se enfrenta a salir a las calles. Durante un fin de semana, el abogado tomó la iniciativa de acercar el juego a una de las vías más transitadas de la capital. Buena parte de la calle Fuencarral tuvo al ajedrez como protagonista principal, llenando la vía de tableros y acercando el juego a todo aquel que paseaba. Vicente lucha por la desmitificación de que el ajedrez «no es un juego para cualquiera».

Este juego tampoco se ha quedado atrás con las últimas tecnologías. El 'streaming' también se ha hecho con las propias clases en las que los alumnos de 'Ajedrez con cabeza' aprenden y practican desde sus casas. Durante el confinamiento continuaron dando todas las clases online y ahora el juego se ha hecho «híbrido» en el negocio de Vicente gracias a lo bien que se ha complementado ya que, al fin y al cabo, «el trato y la socialización es lo más importante».

La visita de Hiraku Nakamura, Gran Maestro estadounidense y el streamer de ajedrez más conocido en Twitch, a La Cabaña hizo que decenas se acercaran al Parque del Retiro para conocer el lugar donde el famoso jugador se enfrentó a todo aquel que accediera a ello.