Incendio mortal en Carabanchel: «Hay que meterle fuego al bar para cobrar el seguro»

Fuentes del caso han precisado que los mensajes de WhatsApp entre los miembros de esta trama, que se saldaron con heridas gravísimas a los dos incendiarios y la muerte de una de ellos, han sido fundamentales para establecer el móvil del siniestro.

Una versión que apoya el hermano de Daniela, la fallecida, quien asegura que la propietaria pasaba una mala racha y había contado en más de una ocasión que habría que prender fuego al local. Afirmó que no había tramitado ningún cobro del seguro, ni había aumentado la prima.

A la una de la madrugada del martes, la pareja se presentó en La Oficina, nombre del bar, cuando ya estaba cerrado. Iban encapuchados y con un bidón de gasolina que arrojaron para meterle fuego. El recipiente fue hallado luego detrás de un coche, frente al establecimiento. Además, el ataque fue grabado por cámaras de videovigilancia.

Pero el tiro les salió por la culata y se sucedieron varias explosiones, fruto de un escape de gas que generaron. Daniela quedó con el 90% del cuerpo abrasado, y él, Tito, con el 60%. Horas después, la muchacha fallecía en el hospital. Tenía diversos antecedentes policiales y había conseguido la nacionalidad española. Su pareja sigue ingresado, bajo custodia policial y en calidad de detenido.

Los vecinos hablaron de que la dueña del bar había recibido amenazas. Se pensó en un primer momento, que de boca de los dos incendiarios, que vivían muy cerca de allí; sin embargo, ahora se sabe que las profirió un cuarto individuo, su expareja, quien el miércoles, en esa zona de la calle de las Cuevas de Altamira, vio a la abogada de su ex en un coche con otro letrado. La profesional estaba en el asiento del copiloto y el sujeto le lanzó una piedra que le provocó lesiones en la mandíbula.

Su compañero de profesión la trasladó por sus propios medios al hospital 12 de Octubre, donde dio parte a la Policía Nacional. El agresor también ha sido detenido por lesiones y amenazas leves.

La autora intelectual del suceso del bar fue arrestada ayer por la tarde, acusada de homicidio y un delito contra la seguridad colectiva. Tras negarse a declarar ante la Policía, ya ha pasado a disposición judicial.

La Policía Nacional barajaba la hipótesis de la participación de una tercera persona, José Antonio, la expareja, como venganza laboral contra la dueña, así como la posibilidad de rencillas entre la fallecida y la propietaria, ambas descartadas.

 En cualquier caso, la propietaria del establecimiento aportó a los agentes las cinco denuncias interpuestas contra el exnovio de la empleada por amenazas. Al parecer, habría lanzado piedras al local e incluso llegó a empotrar su coche contra el mismo.