La guerra de comisiones de investigación en Madrid escenifica la ruptura total de Ayuso y Lobato

La guerra de comisiones coincide con la recta final de la campaña de las elecciones europeas, y protagonizó la sesión de control en el Pleno del Parlamento regional. Si la relación entre Ayuso y Lobato ya era mala, sobre todo desde que el portavoz socialista utilizó el presunto fraude fiscal de su pareja para atacar a la presidenta, ahora la ruptura se ha hecho más evidente que nunca. Los acuerdos de los grandes partidos tendrán que esperar, porque en este ambiente político se presentan irrealizables, como se vio con la reforma del Estatuto de Autonomía, que ha quedado metida en un cajón hasta que se produzca un cambio en la mayoría del Congreso.

Ambas comisiones de investigación se verán, previsiblemente, en la reunión de la Mesa la próxima semana. Pero todo indica que correrán distinta suerte. En 2022, la Mesa ya rechazó la constitución de una comisión de investigación sobre las residencias, y en marzo pasado, la Junta de Portavoces también dijo 'no' a la comisión de estudio que planteó el PSOE sobre la situación de esos centros, al suponer un «revisionismo de lo que pasó en la pandemia», según argumentó el PP, que tiene mayoría absoluta en la Cámara y la utiliza sin reparos. Ahora, esa misma mayoría podría frenar este nuevo intento del PSOE, y al mismo tiempo dar luz verde a la iniciativa que impulsa el partido de Ayuso.

El PP defiende que el caso relacionado con Begoña Gómez tiene «plena vigencia», y Vox se preguntó entonces por qué no se habilita el mes de julio en el Parlamento para abrir la comisión cuanto antes. Pero los populares no están por la labor y recuerdan que la actividad ordinaria acaba el 30 de junio, hasta septiembre. «Tienen miedito, es una comisión blandita», lamentó Rocío Monasterio, quien, sin embargo, garantizó el voto de Vox a favor de la comisión del PP.

La jornada fue un cruce de acusaciones entre el PP y el PSOE. Al registrar su solicitud de comisión sobre las residencias, Lobato criticó que Ayuso anuncie a cinco días de las elecciones que dentro de cinco meses «va a crear una comisión basada, como dice ella, en recortes de periódicos, y con el objetivo de hacer daño a una mujer profesional, solo por ser la mujer del presidente del Gobierno de España». «Ya que tiene ese espíritu investigador, el PSOE vuelve a proponer que haya una comisión de investigación de residencias», retó.

«¿Cómo una mujer sin titulación y su marido con una tesis falsa de una universidad privada han promovido negocios en la pública?», replicó Ayuso. «Si ha habido corrupción o no es cosa del juez. Pero el nombre de la Complutense no puede verse empañado por ellos», subrayó la presidenta, para justificar la comisión de investigación sobre la Complutense y Begoña Gómez en la Cámara.

La relación cordial que mantenían Ayuso y Lobato al principio de legislatura ha ido degenerando hasta llegar a una hostilidad fría y cortante. «A usted no se la conoce por su gestión, sino por su odio y por sus ocurrencias», soltó el portavoz de los socialistas madrileños.

La presidenta regional replicó que aquí quien tiene un problema con la Justicia es el PSOE: «Ustedes son los que promueven el 'lawfare' porque no respetan la justicia». «Se comportan como los peores trampistas. Todo aquel que se ha acercado a investigar la corrupción del Partido Socialista ha sido perseguido, damnificado y humillado», comentó, en referencia a los ataques que el PSOE y el Gobierno está dedicando estos últimos días al juez Peinado, que instruye la causa abierta contra Begoña Gómez por un presunto delito de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.