Gemeliers: «Madrid ha formado nuestra forma de ser, también nuestra forma de componer»

Niños de las noches de Juan y Medio en la televisión de Andalucía, su frescura y su talento no sólo los ha llevado a las listas de éxito; también a que la fortuna les sonría en Madrid, y a que ellos sonrían a la propia fortuna. Se les ve felices en Madrid, viviendo la libertad de la ciudad que, no hay que extrañarse, es un motivo más para su inspiración. Por no buscarle fallos, tienen hasta su paraíso veraniego en el embalse de San Juan, que, a fuerza de costumbre y de voluntad, es una playa con todas las de la ley. En el jardín de Atocha buscan una palmera que acaban de talar y que les fascinaba en las esperas del AVE a Sevilla.

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—Madrid para los Gemeliers. Directo. Pueden interrumpirse si quieren.

—Al final, Madrid nos ha brindado la oportunidad de expandir nuestra música a muchos más lugares, a muchos más sitios, como pista de aterrizaje o despegue de nuestro concepto, de nuestro grupo, de nuestro producto por así decirlo. Y aparte, y no solamente como sitio laboral, es una fantástica ciudad que nos ha ofrecido muchísimas cosas; tanto de conocer a los amigos, de disfrutar. Básicamente, que nos sentimos como en casa.

—O sea, Madrid les aceptó a base de bien. 

—Sí, fue una aceptación brutal.

—Concreten, concreten. Cómo, qué, por qué... Ya saben.

— Nunca, nunca, nunca en Madrid hemos tenido ningún problema. Y al revés, hemos tenido muchísimo trabajo, muchísimas oportunidades... Y aparte que Madrid ha formado nuestra personalidad, nuestra forma de ser, nuestra forma de componer.

 —Entonces, esta ciudad hace a los Gemeliers...

—En Madrid hemos abierto nuestra mente al cien por cien.

—¿El ‘sueño americano’ es madrileño?

—Pues sí. Es que todos venimos aquí a buscar un sueño, una oportunidad, un proyecto.

—Para esa oportunidad y ese proyecto, ¿han tenido que pagar algún peaje?

—No hemos pagado ningún peaje porque no tenemos carnet de conducir (ríen).

—Luego está la parte de la inspiración. El acto puro del creador. 

—Es lo que decimos, que en Madrid abres tu mente en todos los sentidos. Y eso es vital cuando te sientas a crear.

 —¿Madrid es el nuevo Miami para la música en español?

—Totalmente. Miami al final es muy Madrid. Todo obedece a que España y Madrid están muy de moda en la música. Y en la capital eso se siente mucho más. Mira, por ejemplo, el caso de Lola Índigo, de Quevedo, de Saiko. O los ‘crossovers’ con artistas de Argentina, un país que nos va a la par. Todos los latinoamericanos están queriendo triunfar en Madrid.

—No sólo de música, que también, vivirán los Gemeliers...

—Al principio, cuando vinimos, que estábamos un poquito de gira, la verdad es que teníamos poco tiempo para desconectarnos y para descansar. Y nos pillaban en Madrid muchas temporadas. Hubo un verano que prácticamente lo pasamos en el embalse de San Juan, en San Martín de Valdeiglesias. Ya tenemos allí muchos amigos. Es la playa.

—Se les ve tan hechos a la ciudad que ni les falta la costa.

—Nosotros vivimos enamorados de Madrid. Ya no por eso, por la música, porque es nuestra vida... Vivimos enamorados de Madrid porque es limpio, es seguro, es abierto.

—Afirma el refranero que hasta el mejor escribano echa un borrón a veces. ¿Qué les chirría de Madrid?

—Es complicado de contestar. A nuestras amistades siempre les decimos que se vengan cuando están en un momento de duda. Muchos nos han hecho caso. Pero bueno, a lo mejor te diríamos que no nos gusta el tráfico. O la contaminación. Pero la contaminación te la quitas a media hora de la ciudad. Nos chirría, eso sí, el precio de los pisos, que están muy caros.

—¿Alguna anécdota simpática y madrileña?

—Cuando vinimos a Madrid a continuar los estudios con el curso ya empezado. Andábamos en plena ‘pompa’, y en el colegio Claret nos consiguieron plaza. Todo gracias a las gestiones del centro, que se portó estupendamente. Pues bueno, con dos días de antelación avisaron de que íbamos a estudiar allí. Imagínate.. Entonces llevábamos escolta. Y fue llegar y encontrarnos fuera con 600 o 700 personas, seguidos de nuestro séquito con policías, seguridad, el jefe de estudios, el psicólogo y, en el momento en el que entramos en el colegio, todas las clases se pusieron a aplaudir hasta que llegamos a nuestra aula. Veníamos con miedo a que nos rechazaran. Al final, lo que pasó fue todo lo contrario.

—¿El futuro se queda en Atocha como cantó Joaquín Sabina?

—Nos gusta decir que Madrid es para vivir y Sevilla está para vivirla. Vivimos orgullosos de nuestro acento y nuestras raíces. Pero la gente que nos abrazó desde el primer momento fue decisiva. Por eso aquí estamos.