La expansión sigilosa del pickleball, el nuevo deporte que gana terreno en Madrid
El 'mini-tenis' arrasa en Estados Unidos y en Madrid, de manera discreta, gana adeptos cada año. Ya está presente en 12 centros deportivos y tendrá una liga
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Madrid
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Iniciar sesiónUn nuevo sonido ha llegado a los centros deportivos y a los clubes privados de Madrid: 'Toc-toc'. Es el ruido que emite el impacto de una pala rectangular, similar a las de playa, contra una pelota de plástico hueca y agujereada. Los jugadores se ... mueven en un terreno reducido, de las dimensiones de una pista de bádminton, pero ahí se acaban los parecidos. Se llama pickleball y es una mezcla entre el tenis, el pádel y el tenis de mesa. Causa furor en Estados Unidos y, en la capital, la silenciosa (o ruidosa, según se interprete) expansión de este nuevo deporte es imparable.
El pickleball ha ganado adeptos en Madrid de manera discreta. Este deporte se practicó por primera vez en una instalación municipal en 2016 y, desde entonces, no ha parado de crecer. Actualmente hay pistas en 12 centros deportivos repartidas en 11 distritos, y la capital es la primera ciudad europea en contar con una liga municipal de pickleball. Y sin hacer ruido, solo 'toc-toc'. «Al principio, la gente decía '¿Esto qué es?', se burlaba de las 'palas de playa' y se quejaba del ruido. También la puntuación es un poco peculiar... El inicio fue muy duro, pero empezó a coger fuerza cuando vieron las posibilidades que tiene», explica Gema García, de la Asociación Madrileña de Pickleball.
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Es el deporte que más crece en Estados Unidos, donde el número de jugadores ha crecido un 159%, hasta los nueve millones en solo tres años, según la Sports & Fitness Industry Association. En España, la expansión no ha sido tal, en parte, por la consolidación de otro deporte de raqueta: «Aquí el pádel está muy fuerte, pero en otros países que no tienen pádel el crecimiento ha sido brutal», aclara García. Sin embargo, el pickleball ha recibido recientemente el espaldarazo de la Real Federación Española de Tenis: es oficialmente un nuevo deporte federado, integrado dentro de la estructura de la RFET.
Como ya ocurriera con el pádel hace una década, los ayuntamientos han comenzado a apuntarse a la nueva moda. En particular, el Ayuntamiento de Madrid «ha invertido bastante en hacer pistas exclusivas de pickleball», afirman en la asociación madrileña. No sería hasta después del parón por la pandemia cuando la fiebre por el pickleball se propagó. En apenas dos años, el número de plazas que se ofertan en los CDM se ha cuadruplicado, hasta las 448 actuales. El último centro en introducirlo ha sido Gallur, con 14 pistas recién estrenadas. «Como son las dimensiones de bádminton dobles, a veces se utilizan esas pistas», comenta la portavoz de la asociación creada en 2016 con un propósito: «Ayudar a la española», señala.
Mínima inversión
El 'boom' sigiloso del pickleball ha llegado también a los clubes privados de Madrid; su última conquista, el Club Deportivo Somontes. A las afueras de la ciudad, en la carretera de El Pardo, este club privado ha reservado una parte de sus instalaciones para unas pistas en miniatura. Donde antes había una de tenis, ahora caben cuatro de pickleball.
El negocio es redondo, y en eso se basa parte de su éxito: en cualquier lugar se puede montar una cancha, tal y como apunta Gema García: «La inversión económica que hay que hacer es mínima. Una red portátil puede costar 200 euros y con que tengas cualquier superficie lisa, ya tienes un campo de juego». El mantenimiento es nulo y como no requiere una inversión muy grande, «la rentabilidad es mayor». Así lo menciona el director del área de raqueta del club, Pedro San Román.
«El mantenimiento es nulo y no requiere una inversión muy grande, con lo que la rentabilidad es mayor»
Pedro San Román
Director de raqueta del Somontes
'Toc-toc' se escucha poco después de cruzar los límites del espacio deportivo, no muy lejos del Palacio de la Zarzuela. Las pistas de pickleball, azules con una zona más clara que se conoce como 'cocina' (donde no se puede entrar para volear), rompen el monopolio de las de tenis. Lejos de ser una amenaza, «son deportes que se retroalimentan», destaca San Román: «Mucha gente lo va a practicar, pero sin perder la afición por su deporte. No van a dejar de jugar al tenis o al pádel, sino lo van a ver como un deporte complementario», dice sobre el sector combativo, normalmente, tenistas que se quejan del ruido y de la simplicidad del pickleball.
Social e inclusivo
'Toc-toc-toc-toc'. El intercambio de golpes es más intenso en la pista de dobles que en la anexa, donde juegan dos. En otra, Nerea pelotea cerca de la red, a baja intensidad, guiada por el director de pickleball del Club Somontes, Daniel Hernando. Uno de los impulsores del deporte en España y miembro de la asociación madrileña, Hernando conoció el pickleball hace casi dos décadas. Actualmente, enseña sus bondades a los principiantes que, como Nerea, llegan al club con la única referencia de las redes sociales: «Conocí el pickleball por casualidad. Lo vi en un vídeo en Facebook y pensé: 'Esto se me daría bien'».
Las claves
Propagación tras el Covid
Como ocurrió con otros deportes como el pádel, no fue hasta después del parón por la pandemia cuando el pickleball comenzó a propagarse por la ciudad.
448 plazas
En apenas dos años, el número de plazas que se ofertan en los centros deportivos municipales se ha cuadruplicado, hasta las 448 actuales, en 11 distritos capitalinos.
Sale rentable
En cualquier lugar se puede montar una pista de pickleball y, como la inversión es mínima y el mantenimiento es nulo, este deporte prolifera por los clubs.
200 euros
La inversión es tan baja que con apenas 200 euros, lo que cuesta una red portátil, y una pista lisa, cualquier centro o colegio puede introducir este nuevo deporte.
Solo media hora después, el orden de las pistas cambia y los jugadores se mezclan. No importa el nivel o la condición física, en poco tiempo están listos para jugar. Así lo destaca Nerea: «Enseguida puedes jugar y notas un progreso muy pronto», a lo que añade: «También conoces a un montón de gente». Precisamente, el factor social es otra de las claves del éxito del pickleball. Para muchos, es la actividad con la que socializan y el hobby que ocupa sus tiempos libres. Desde personas con discapacidad hasta el cuerpo de bomberos, «donde han puesto pistas en lugar del frontón», resaltan desde la asociación, todos los sectores se han dejado conquistar por el pickleball: «Este deporte es un 'caramelito' para todo el mundo».
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