La estafa de la falsa droga entre narcos: catas virtuales de coca, señuelos, secuestros y torturas

La operación Sicario ha culminado con la detención de cinco personas y la incautación de alrededor de 140.000 euros, precisan fuentes del caso. En el 'modus operandi' había de todo lo imaginable: señuelos, palizas, torturas y secuestros a sus rivales.

Las pesquisas, para la que los colombianos brindaron información previa a la Brigada Central de Crimen Organizado de España, se iniciaron en noviembre del año pasado. La banda se hacía pasar por gente interesada en vender parte de la mercancía a quienes a la postre serían sus víctimas. Para ello, se citaban en pisos alquilados, donde les tendían la celada y les atracaban, utilizando la violencia si era necesario. Por el momento, hay constatado un caso, amén de otras cinco intentonas. En ese submundo, las estafas chocan con delincuentes que tienen el colmillo ya muy retorcido y que se dan cuenta del más mínimo atisbo de timo.

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Por un lado, los ahora detenidos contaban con gente que se dedicaban a mantener las conversaciones para negociar la supuesta transacción de la droga, mientras que otros se encargaban de acudir a las citas para sustraer el dinero. De cebo, llegaban a realizar catas presenciales y 'virtuales'; es decir, que mostraban parte de la droga utilizando a gente del entramado que les entregaban pequeñas cartas, también por videoconferencia. El hecho de que usaran viviendas arrendadas era para dejar cuanto menos rastro posible, para lo que se valían de plataformas como Booking y Airbnb, precisan nuestros informantes.

El peor episodio se vivió el pasado mayo. Tras una de esas catas, el potencial comprador acudió a la cita de los estafadores, en una zona residencial de Madrid. Estuvo un largo rato dentro y se vio salir a los ahora apresados un rato después. Llevaban el dinero encima.

El supuesto comprador fue retenido contra su voluntad en la vivienda; le golpearon; le pusieron grilletes en los pies y las manos, y se emplearon en culatazos con una pistola. Le robaron el dinero de la compra, la dejaron malherida y huyeron de la vivienda. Pudo salir de allí por su propio pie más tarde.

Los cinco arrestados son colombianos y españoles. La detención de uno de ellos fue adelantada por ABC el pasado 7 de noviembre: un latinoamericano al que la Policía Municipal sorprendió con otro varón cuando circulaban por Sinesio Delgado con Ginzo de Limia (Fuencarral-El Pardo). Portaba paquetes que pesaban 19 kilos. Era realmente azúcar, material que usaban de gancho en las catas de droga y así lo reconoció entonces a los agentes: «Es azúcar; lo utilizo para estafar a traficantes, haciéndoles creer que se trata de cocaína».

Por otra parte, la Policía Municipal dio caza este miércoles a las siete de la tarde a un serbio que circulaba con otro sujeto por la calle de Belfast, en el distrito de San Blas-Canillejas. Observaron cómo se alejaban de un vehículo portando dos maletas y una bolsa de deporte en actitud sospechosa, mirando hacia atrás repetidamente. Llevaban 23 kilos de cocaína encima.

Los funcionarios les dieron el alto, pero los delincuentes iniciaron la huida a la carrera hacia el interior de una urbanización cercana en direcciones opuestas, dejando las maletas y la bolsa abandonadas en el suelo.

Después de solicitar refuerzos y continuar con la persecución, uno de los individuos fue detenido por los agentes. El otro logró huir del lugar de los hechos, no pudiendo ser localizado finalmente. El vehículo fue retirado con grúa para posteriormente realizar un examen más exhaustivo del mismo.

Los policías municipales abrieron las maletas en presencia del sospechoso y hallaron en su interior 18 paquetes envasados con cinta de color marrón con un logo en el que figuraba la inscripción 'Juan Valdés' (como la afamada marca de café colombiano) y la fotografía de un caballo junto a un hombre. Además, se les aprehendió una máquina para envasar al vacío y diversos utensilios para hacerlo.