La jornada de atracos de dos delincuentes multirreincidentes que escondía un asesinato en Barajas
La víctima, un indigente al que le sustrajeron sus tarjetas de crédito, fue localizada en un solar a primera hora de la mañana del 6 de noviembre
Detenidos cuatro hombres, dos de ellos sicarios, por el asesinato a tiros de Jesús, el feriante de 49 años de Alcalá de Henares
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Iniciar sesiónSalieron de casa en busca del atraco fácil, sin desplazarse ni siquiera a otro barrio y eligiendo a sus víctimas de manera indiscriminada. El perfil, dos delincuentes con 30 y 15 antecedentes, respectivamente, por robos con violencia y con fuerza, atentado contra la autoridad, amenazas, ... defraudación de fluido eléctrico, contra la salud pública… Una ristra interminable de delitos a los que ahora deberán añadir el peor de todos: el de homicidio. Ambos están acusados de dar muerte a cuchilladas a un indigente con el simple pretexto de robar sus tarjetas de crédito, si bien para entender la madeja del caso hay que remontarse unas horas antes a los hechos mencionados.
A las 00.30 horas del pasado 6 de noviembre, los dos individuos, un dominicano de 26 años (nacionalizado español) y un colombiano de 22, irrumpen en una tienda china de alimentación de la Avenida General (en el distrito de Barajas) y asestan una puñalada en el hombro al dependiente, antes de arrebatarle el dinero de la caja y su teléfono móvil. Tras ello, caminan hasta la calle de las Fraguas, donde se cruzan con un hombre que transita por un descampado cercano al aeropuerto.
Movidos por el mismo ímpetu, atacan al viandante con un cuchillo en la cara y la cabeza hasta dejarlo gravemente malherido o muerto. De una forma u otra, lo cierto es que a la mañana siguiente una persona avista el cuerpo desde una pasarela peatonal que separa, precisamente, el barrio de Barajas de la base aérea. Al llegar, los servicios de emergencia confirman el fallecimiento y el caso pasa a manos del Grupo V de Homicidios. Los agentes comprueban que al lado del cadáver, de nacionalidad española, está su cartera abierta y vacía, así como los bolsillos de su pantalón dados la vuelta. El finado, no obstante, está indocumentado, y todo apunta que se trata de un indigente.
Avanzadas las pesquisas, los investigadores constatan que a la víctima le habían sustraído las tarjetas de crédito, a través de las cuales se habían realizado extracciones de dinero y cargos posteriores al crimen. El móvil del robo es prácticamente la única hipótesis que está sobre la mesa. Así, al tiempo que buscan a los responsables, los agentes de la comisaría del distrito visionan las cámaras del negocio chino para identificar a los atracadores, sin saber entonces que detrás de ambos sucesos están los mismos autores.
En las imágenes del establecimiento se puede ver a uno de ellos forcejear primero con el dependiente para después clavarle el cuchillo en el hombro, mientras el otro aprovecha la situación para apoderarse de la recaudación y su terminal. Con su imagen distribuida entre todos los patrulleros de la zona, una policía fuera de servicio los reconoce en un enclave próximo a la ubicación de la tienda. De inmediato, avisa a sus compañeros y estos les colocan los grilletes como presuntos responsables de un robo con violencia.
Dada la gravedad de los hechos y su largo historial delictivo, el juez los envía a prisión provisional, un lugar en el que han vuelto a ser arrestados por los delitos de homicidio, robo con violencia y estafa. Entre una detención y otra, las averiguaciones han servido para descubrir la misma autoría, un extremo refrendado además al registrar el domicilio que comparten, en la calle de Nuestra Señora de Araceli, donde se localizaron diferentes efectos relacionados con el crimen.
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