Libertad para el cliente de la mujer muerta en un piso prostíbulo de la plaza de los Cubos
Se trata de un varón de Guinea Ecuatorial, con antecedentes por estafa y que había comprado un bolso a la víctima con una tarjeta usurpada
La autopsia de la mujer muerta en el prostíbulo de Princesa descarta que muriese de forma violenta
Madrid
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Iniciar sesiónSe llama I. B., tiene 36 años, es guinerano ecuatorial y presenta un historial de antecedentes policiales por delitos contra el patrimonio, sobre todo por estafas. Este es el perfil apresurado del último cliente de Ana, la mujer prostituida boliviana de 45 años que fue hallada muerta ... en el piso prostíbulo donde la sometían el martes pasado. Ocurrió a las 15.30 horas, cuando tres de sus compañeras se la encontraron tirada, boca abajo, en uno de los dormitorios.
Ahora, la Policía Nacional ha detenido a I. B. por los delitos de robo con violencia, estafa y homicidio; aunque ha quedado en libertad con cargos y aún no está claro si participó o no en la muerte de la mujer, pues, como adelantó este periódico, la autopsia ha determinado que no fue de etiología homicida. La juez de Instrución número 34 de Madrid, en funciones de guardia, lo dejó en la calle el pasado sábado.
El luctuso suceso tuvo lugar en uno de los pisos prostíbulos del número 3 de la calle de la Princesa, en el distrito de Moncloa-Aravaca, en la décima planta. Una de las amigas de la víctima declaró a la Policía que instantes antes había visto huir de la vivienda a un joven de raza negra. Efectivamente, las numerosas cámaras, tanto de la plaza de los Cubos (donde están los juzgados de lo Social, como cines y numerosos restaurantes) como las del propio bloque captaron al guineano yéndose del escenario.
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El jueves pasado, sobre las ocho de la tarde, el sujeto fue arrestado cuando salía de una pensión de Tirso de Molina. Le acusaban de varios delitos. Era cliente de Ana y la misma mañana de su muerte había ido a El Corte Inglés y le había comprado un bolso de 600 euros con la tarjeta de crédito de otra persona; el afectado ya había denunciado la sustracción. De ahí los delitos de robo con violencia y de estafa.
Pero también le apresaron para que aportara datos de los últimos momentos de vida de la mujer esclavizada. La autopsia certificó que la muerte no era de etiología homicida, pero que se había producido tras la ingesta de distintas drogas. Su cadáver no presentaba signos exteriores de violencia y aún se está a la espera del análsis toxicológico que confiere estos extremos.
I. B. estuvo cuarenta y ocho horas los calabozos de Moncloa-Aravaca y allí negó que cuando salió del piso Ana estuviera ya muerta. También se escudó en su toxicomanía para afirmar que no recordaba muy bien aquella tarde. Eso sí, reconoció que la jornada anterior la habían pasado juntos en un hotel del centro de Madrid.
Este sábado salió en libertad, tras ser interrogado por el Grupo VI de Homicidios y la juez, pero con la obligación de firmar regularmente en el juzgado y la prohibición de salir del país, informa Ep. La Fiscalía no pidió prisión para él, sino medidas cautelares.
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