Desaparece el último vestigio de la icónica gasolinera de Atocha
La estación de servicio se derriba, tras años de promesas, a consecuencia de las obras de ampliación de la línea 11 de Metro
Las obras de ampliación de la línea 11 en Atocha obligan a desmontar el monumento del 11-M
Espacio que ocupaba la estación de servicio ya derribada
Los surtidores de la gasolinera de Atocha hace cuatro años que dejaron de servir carburante a la hilera de coches que durante medio siglo –el tiempo que duró la concesión– hicieron cola en el paseo de la Infanta Isabel para repostar, pero el icónico edificio ... de Repsol se mantenía, aunque sin uso, en pie, justo detrás del monumento a las víctimas del 11-M. Tenía, eso sí, los días contados desde que en el 2013 el gobierno de Ana Botella anunció una reforma en el eje Prado-Recoletos que implicaría la desaparición. Pero nunca llegó a ejecutarse. Diez años después son las obras de la línea 11 de Metro, a su paso por Atocha, las que han derribado los últimos vestigios de la gasolinera, el primero de los grandes pasos visibles –sobre todo en superficie– que implican las labores de ampliación de la línea del suburbano madrileño que se denominará como gran diagonal.
Antes
Después
Fue la compañía Repsol la que, en los últimos años, tenía la licencia de explotación que el Ayuntamiento de Madrid otorgó en 1965 a Rivelsa por un plazo de 50 años. En 2015, al vencer, el consistorio decidió que no renovaría la concesión, convirtiendo en un fantasma la gasolinera. Pero el negocio no solo servía petróleo en un enclave estratégico de la ciudad, sino que la estación de servicio, con más de 2.200 metros cuadrados, tenía también una tienda, túnel de lavado y hasta un aparcamiento de coches de alquiler.
Tras el anuncio no ejecutado de Botella, ya en la era de Manuela Carmena, el consistorio aseguró que el espacio se convertiría en una zona verde y de dotación cultural. «Recuperaremos un espacio público para el distrito de Retiro, priorizando la creación de una zona verde y un espacio de uso cultural que estaría destinado a actividades organizadas tanto por el ayuntamiento como por los vecinos«, dijeron entonces desde el Palacio de Cibeles, haciendo hincapié en que se trataba de una »oportunidad« para mejorar las »conexiones peatonales« desde la principal estación de Madrid hacia El Retiro y con la conexión hacia el barrio de Pacífico. Pero de nuevo, la iniciativa se quedó en papel mojado, aunque la descontaminación del suelo se anunciase a bombo y platillo.
La polémica siempre rodeó a este negocio: la compañía explotadora se negó en a principios de los años 2000 a que formase parte de un plan estratégico para sacar este tipo de estaciones del centro de la ciudad. «Se trataba de evitar el peligro que suponían al estar ubicadas junto a zonas densamente pobladas», criticó entonces el ayuntamiento.
Reutilización
Hasta ahora, porque lo de la gasolinera de Atocha era, nunca mejor dicho, la crónica de una muerte anunciada, aunque muchas voces pedían que el edificio acristalado y de columnas color teja se mantuviese para su reutilización y aprovechamiento. Ya no podrá ser así.
A mediados de mes, la Comunidad de Madrid comenzó los trabajos de desmontaje del actual Monumento Homenaje a las Víctimas del 11-M, que en el proyecto del futuro vestíbulo de Metro de Madrid en Atocha cuadriplicará su tamaño. En superficie, las obras implican la instalación de andamiajes y zonas valladas para poder proceder a quitar el cilindro de vidrio, que todavía se mantiene y que se prevé que desaparezca a partir de octubre. Todavía se desconoce cuál será el futuro memorial, aunque sí se sabe que se construirá uno nuevo, más visible y accesible, y que deberá contar con la aprobación de las asociaciones de familiares.
El rótulo de Repsol –y mucho menos el de Rivelsa– ya no se sobreviven en el paseo de la Infanta Isabel. Tras años de promesas –o amenazas de demolición– el espacio es ahora un solar vallado y ocupado por las excavadoras y señales amarillas de obras que indican la salida de maquinaria pesada y la prohibición de circular a más de 30 kilómetros por hora.