Los críticos del PSOE de Madrid advierten: López y Maroto tienen seis meses para ofrecer resultados

Tras el terremoto interno que derivó en la dimisión de Juan Lobato a finales de noviembre, el partido ha cerrado filas, como un mecanismo de autodefensa, y se han apagado las controversias internas en público, aunque en el congreso regional de febrero ya se dejó ver que quedaron costuras sueltas: casi el 26 por ciento de los delegados inscritos en el congreso no quisieron respaldar la ejecutiva encabezada por Óscar López, en un cónclave que en teoría iba a ser de unidad total, avalado por el sanchismo y sin candidaturas alternativas.

«El objetivo es colectivo de todo el partido en Madrid, comunidad y ciudad: recuperar el gobierno y la alcaldía. Y estamos todos a una. Sin fisuras», asegura un miembro de la ejecutiva de López.

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Hay tregua en el PSOE de Madrid, pero fuentes socialistas de Madrid consultadas por ABC reconocen que el ambiente interno sigue «enrarecido» tras la brusca salida de Lobato y la entrada de López con un proyecto cien por cien avalado por Ferraz y La Moncloa. «Aunque se mire para delante, seguimos en shock por todo lo que pasó», confiesa un dirigente de la anterior etapa. El sanchismo se ha impuesto en el PSOE regional y ha arrinconado a los que defendían una manera diferente de hacer política para tratar de doblar el pulso al PP en la Comunidad, por primera vez en tres décadas. La proclamación de Reyes Maroto, otra apuesta personal de Sánchez, como secretaria general del PSOE en Madrid ciudad la semana pasada completa el tándem sanchista con el que tratarán de superar a Más Madrid por la izquierda, en primer lugar, para vencer a la derecha después.

Pero en las filas socialistas madrileñas se mira el reloj con ansiedad: llevan muchos años sin tocar poder, ni en la Comunidad ni en el Ayuntamiento. Y los que se han quedado fuera de la primera línea de este PSOE ponen un plazo a los 'nuevos': «Tienen que demostrar que el cambio ha valido la pena, que hay resultados positivos. Y no podemos esperar dos años para comprobarlo en las urnas. Los resultados tienen que llegar en seis meses, para que demuestren que han acertado». Las encuestas serán una herramienta para calibrar el éxito o fracaso de la estrategia de López y las primeras coincidirán con el próximo 2 de Mayo. Un resultado negativo podría empezar a remover una corriente crítica que, por ahora, permanece a la espera.

En el equipo de Óscar López rechazan esa presión con los plazos: «Eso lo deben de decir quienes exigían para ellos 10 años de margen. No, la gente tiene que trabajar y hay que dejar que se organicen y se pongan en marcha. De aquí al 2027 se evaluará, pero sin plazos».