El Ayuntamiento de Madrid pide al Gobierno más control en las excavaciones en busca de una supuesta fosa con brigadistas en Montecarmelo
Avisan de que varias personas merodearon con linternas en la zona de obras por la noche
Unos 3.000 vecinos de Montecarmelo se manifiestan en contra del cantón de limpieza por tercera vez
Trabajos de excavación en Montecarmelo para encontrar la posible fosa común
El cantón de limpieza que el Ayuntamiento de Madrid pretende colocar en Montecarmelo, junto al cementerio de Fuencarral, sigue dando que hablar. Los trabajos de excavación comenzaron el pasado martes y ya se ha producido el primer incidente. Así se lo hizo llegar el ... delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, al secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez.
El delegado le remitió ayer una carta para ponerle en conocimiento que apenas unas horas después de que se iniciaran los trabajos de excavación de la Asociación Científica ArqueoAntro para buscar la supuesta fosa que esconde los restos de 451 brigadistas internacionales, varias personas merodearon, sobre las 23.30 horas del pasado martes, con linternas por la zona de obras.
Al parecer, fue un trabajador de los servicios dependientes de la Dirección General de Servicios de Limpieza y Residuos del Ayuntamiento de Madrid quien vio a estas personas dentro de la cinta de delimitación. El empleado, concretamente, las divisó en el lugar donde ya se han excavado zanjas, en un terreno con escombros y hierros oxidados «que presenta riesgos de caída a distinto nivel». «Es preciso garantizar que se cumplen las condiciones de seguridad», una serie de condiciones que «conciernen tanto al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática como a la asociación encargada de realizar el trabajo arqueológico». Y entre ellas figura que «la asociación autorizada será responsable de cuantos daños puedan producirse a consecuencia de la ocupación».
Con esto, Carabante explicó que estas personas ajenas a la investigación arqueológica «podrían alterar, consciente o inconscientemente, los elementos existentes removiéndolos, cambiándolos de lugar o incluso extrayendo algunos o incorporando otros. Hechos como estos podrían restar fiabilidad a los hallazgos que se hagan y a las conclusiones que se alcancen».
El debate llega a la Paloma
La disputa se ha inmiscuido incluso en las fiestas de la Paloma, donde la delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, desde el recinto ferial, respondió ayer a las críticas de la portavoz municipal del PSOE, Reyes Maroto. «No le gusta esta ciudad y ni siquiera la entiende», arrojó la concejala.
Y es que la exministra de Industria reivindicó aquella misma mañana que «se encuentren o no [los posibles restos de 451 brigadistas internacionales], se seguirá buscando. Es un tema de memoria democrática la que hoy nos trae aquí, pero sobre todo es un tema de dignidad». Además, pidió a Cibeles que respetara la «lucha incansable» del municipio en contra del mencionado cantón y que lo reubicase, puesto que «interfiere en un ámbito tan importante como es el entorno de este cementerio de Fuencarral y de la existencia de posibles restos de estos brigadistas».
«Hechos como estos podrían restar fiabilidad a los hallazgos que se hagan y a las conclusiones que se alcancen», indica Carabante
Con esto, la delegada de Cultura, que aseguró que se han realizado ocho reuniones con los vecinos de la localidad afectada, insistió en que la ubicación del futuro cantón «responde a una decisión técnica, no política»: «Creo que no hay falta de empatía en ningún caso».
También el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, que visitó ayer los trabajos con la Asociación Amigos de las Brigadas Internacionales, señaló que estas labores se están realizando porque la memoria de estas personas «es un ejemplo del altruismo y generosidad de miles de jóvenes de todo el mundo que vinieron a España durante la Guerra Civil, entre 1936 y 1939, a luchar por la libertad y contra el fascismo, poniendo en riesgo sus propias vidas».
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