Un chivatazo anónimo libera a 12 mujeres prostituidas en un sótano de Leganés y un piso de Móstoles
La Policía Nacional detiene a una red de 22 personas que drogaba a jóvenes captadas por anuncios en internet
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Madrid
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Iniciar sesiónLos canales de información anónima que mantiene la Policía Nacional para luchar contra la trata de personas han sido la clave para desmantelar a una organización criminal y liberar a 12 mujeres que, en el momento de los registros, se encontraban encerradas en el ... sótano de un chalé de Leganés y en un piso de Móstoles. De ellas, seis se han atrevido a denunciar. Hay 22 personas arrestadas, de las que la parte principal de la red se encuentra ya en prisión provisional.
La operación Bosco ha sido posible a partir de una de las comunicaciones recibidas en el correo electrónico trata@policia.es (también existe el teléfono gratuito 900 10 50 90). Una persona, que se desconoce si era un cliente o una víctima, aportó datos acerca de una casa unifamiliar en la avenida de la Reina Sofía, cerca de la estación de Renfe de Zarzaquemada, donde se esclavizaba a jóvenes inmigrantes.
Los agentes del Grupo VI de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras pidieron citarse con el informante anónimo, pero no quiso involucrarse más. Eso sí, afirmó que una de las mujeres estaba dispuesta a suicidarse, por su situación extrema, explica a ABC el jefe del grupo de investigación. Corría finales del mes de febrero.
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Era una paraguaya en la mitad de la veintena, que fue localizada y liberada con éxito y ahora mismo se encuentra bajo la supervisión de una entidad especializada. Luego, la Policía Nacional encontró a otra víctima en Murcia, a la que pudieron tomar declaración. Fue relativamente fácil, con ese trabajo ya hecho, localizar el piso de Móstoles, en la calle de Simón Hernández (centro de Móstoles); pero había que recabar pruebas, muchas pruebas, para conseguir que el juzgado autorizase la entrada y registro en ambos inmuebles.
«Para ello, realizamos muchas vigilancias, horas y horas, en torno a los dos puntos. Sumamos una veintena de chicas en ambas viviendas. Comprobamos que hacían muchas salidas a domicilios de los puteros, durante las 24 horas del día. Tan pronto salía una a las 4 de la madrugada como que otras regresaban a las 6 o 7. La mayoría de los servicios eran fuera del chalé. Utilizaban VTC para los traslados, pero tenían a sueldo a un grupo de cuatro chóferes trabajando para la red. Siempre las recogían y las entregaban a unos 50 metros de la vivienda de Leganés, nunca en la misma puerta», añade el investigador.
En catres y sin ventanas
La captación de las mujeres no era en origen. Casi todas proceden de Paraguay, Colombia y Perú, y eran ellas las que, ya en España, se interesaban por ofertas de 'empleo' como supuestas 'scorts' (acompañantes de lujo). La realidad luego era muy distinta. «Llegaban a nuestro país como turistas, pero no engañadas. Algunas tenían incursiones laborales en otros campos, pero, al quedarse sin trabajo, picaban en las ofertas de esas páginas web«, añade la fuente policial.
Ya 'capturadas', no tenían capacidad de elegir a sus clientes. Las obligaban a vender droga a los hombres con los que se acostaban y a consumirla, hasta el punto de que algunas están ya enganchadas a la cocaína. La Policía, tras el trabajo de campo de varios meses, consiguió recabar fotografías y vídeos que convencieron al juez. Entraron finalmente en ambas viviendas el 13 de junio.
El chalé de Leganés tiene cuatro plantas. En la baja, el salón funcionaba como sala de espera y recibidor de los clientes, como los antiguos 'meublés'; en el piso inmediatamente superior, hay cuatro habitaciones donde se practicaba sexo; encima, un ático totalmende sucio; pero lo peor estaba en el sótano: los proxenetas habían habilitado tres habitaciones que, en realidad, parecían trasteros. Sin ventanas ni ninguna entrada de aire natural, las esclavas estaban allí 'alojadas', encerradas y controladas con cámaras de videovigilancia y bajo la mirada escrutadora de otras mujeres del clan. Dormían en camastros y en literas en dos de los tres cuartos. Es decir, que podían juntarse hasta diez víctimas en cada habitáculo, comidos por humedades.
Multas por no limpiar
Además, si no limpiaban el chalé, las multaban con 20 euros por día. De 60 euros por servicio, solo se quedaban 15, y eso si no les caía alguna sanción. Y si se negaban a irse con alguien, les quitaban la clientela. Eso suponía que sus hijos y familia no podían recibir ni un euro para comer en sus países. Debían abonar la manutención y el hospedaje: «Las que estaban enganchadas trabajaban prácticamente para pagar su adicción».
La red la dirigía un portugués, junto a paraguayos y colombianos. Las 'madames' eran sus parejas. Hay 12 detenidos de la red, más otros 10 que facilitaban la droga. El día de los arrestos, al llegar al piso de Móstoles, una de las cancerberas se intentó tirar por la ventana, desde un quinto piso. Ya estaba con medio cuerpo fuera cuando un agente evitó el suicidio, agarrándola por los pies. Ha acabado en un hospital psiquiátrico.
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